CRÓNICA. Una especie de caja rectangular, acarreada sobre 4 llantas y parqueada en el centro de Bogotá, concentra la atención de los transeúntes que visitan La Candelaria. Se trata del tranvía, el cual en 8 km, nos lleva a un viaje por la historia de la ciudad, un gran recomendado como plan familiar para el fin de semana.
Su fachada representa los colores de la bandera bogotana, y no es para menos, pues es un medio de transporte que marca la historia de los capitalinos, ya que el tranvía en Bogotá se inauguró el 24 de diciembre de 1884 con el de tracción de mulas que rodaba sobre rieles de madera revestidos con zunchos.
Este sencillo vehículo, con capacidad para 24 personas, es una propuesta de la empresa Tranvía de Bogotá S.A.S., y el Instituto Distrital de Turismo, que permite rescatar la tradición cachaca, cuando en aquel entonces su primera línea recorría la carrera Séptima desde la Plaza de Bolívar, pasaba por el parque Centenario, hasta la plazoleta de San Diego sobre la calle 26, y de ahí continuaba hacia el norte por la carrera 13 hasta Chapinero. La tarifa era de 5 centavos. En 1892 se inauguró una línea que unía la Plaza de Bolívar y la Estación de la Sabana.
En aquella época, tal cual como el ejemplar que se puede ver estacionado junto al Centro Cultural Gabriel García Márquez, los tranvías eran de tamaño pequeño y de diseño sencillo, con en el escudo de Bogotá a la izquierda y el valor a la derecha.
La destrucción de algunos vagones del tranvía durante los sucesos del 9 de abril de 1948 (Bogotazo) fue usada por el gobierno como excusa para terminar con la empresa cuando el alcalde Fernando Mazuera Villegas decidió unilateralmente y mediante engaños terminar el funcionamiento de este medio de transporte en 1951.
El renacer del tranvía
Los historiadores Luis Felipe González y Nicólas Pineda crearon una iniciativa de emprendimiento basados en el tranvía abierto de la ciudad. Su idea era representar un patrimonio que les devolviera a los bogotanos el amor por su pasado.
González y Pineda presentaron su idea a la convocatoria de emprendimiento e innovación de Colciencias en 2011. El proyecto ganó el 70% de financiación para su desarrollo. Compraron el chasis, ubicaron una constructora de carrocería, buscaron quién hiciera los acabados en madera, las piezas en metal e incluso lograron conseguir una registradora original de un tranvía de la época.
Una vez realizadas las pruebas piloto, buscaron a los personajes que complementarían este atractivo. Algunos estudiantes del Colegio la Candelaria, que tienen énfasis en artes, interpretan personajes como la loca Margarita, Simón el Bobito, el Virrey Sámano y Policarpa Salavarrieta, y con eso le dan el toque de realidad que los turistas quieren vivir.
El recorrido
Pensando en los diferentes usuarios se han adecuado distintos recorridos y tarifas. Los domingos en la mañana se hace el recorrido más completo, se visitan las cascadas del río San Francisco y el Chorro de Quevedo. Como plus, se ofrecen unas tradicionales onces santafereñas, el infaltable chocolate con queso, acompañado por almojábana.
El recorrido inicia en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, en la calle 11 con carrera 4 y se recorren las calles que guardan historia en el centro histórico de la ciudad. Es posible ver el Museo Militar, Instituto Caro y Cuervo, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, la Fundación Rafael Pombo y otras calles que guardan recuerdos del pasado.
En el trayecto, distintos viajeros abordan el tranvía. Ana Cecilia Gallego, de Manizales, manifestó a bogotá.gov.co., sitio que destaca aspectos positivos de Bogotá, que “hay muchas cosas que no había visto en Bogotá y las conocí con este recorrido, como el chorro de Quevedo. Además las personas que representan la época motivan más el tour, esto hace que el recorrido sea muy entretenido”.
Los viajeros se ubican de a 4 en cada hilera de las 6 que tiene el tranvía y son guiados por profesionales de turismo durante el recorrido, quienes además se apoyan en un material audiovisual de la historia de la ciudad, mientras visitan y conocen lugares de interés cultural.
Andrés Santa María Daza, guías turísticos del tren de Bogotá, nos llevan a la historia del tranvía así:
“En 1910 el tranvía eléctrico recorría la ciudad, soportado bajo rieles de acero. En un inicio, los estadounidenses diseñaron el tranvía abierto, ya que se pensó que Bogotá tenía un clima cálido y que 20 personas sentadas en un mismo sitio iban a sentir bastante calor”.
“Más adelante se fue adecuando al clima de la ciudad y a las demandas de los usuarios. Y así fue apareciendo el tranvía Lorencita Villegas, que se caracterizaba por el techo de color blanco: las rutas para la época se distinguían por colores”.
“En 1948, bajo el ánimo ardiente del bogotazo, se incendiaron algunos de los vagones. Unos años más tarde, en 1951, este medio de transporte desapareció de la ciudad”.
Sumergirnos en este viaje es posible gracias a esta idea que no solamente busca rescatar una tradición, sino que también presta un servicio de entretenimiento cultural y turístico con un mensaje de respeto de lo público y cuyo objetivo final es vender valores.