Vannesa Romero
Periodista EL NUEVO SIGLO
Las consecuencias de la aplicabilidad de los Tratados de Libre Comercio (TLC) en el país, han sido negativas en cuanto a productividad interna se refiere y el gobierno está tomando un cóctel fatídico con dicha política.
Esta es la principal conclusión del miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas y docente de la Facultad de Derecho de la Especialización en Derecho Minero Energético de la Universidad Externado, Amylkar Acosta Medina, quien en diálogo con EL NUEVO SIGLO detalló los alcances de dicha política.
El también miembro de la Junta Directiva de FedeBiocombustibles, manifestó durante el congreso de Acodal su preocupación por el papel que juegan los productores internos de varios sectores ante la aparente imposibilidad de crecimiento que les dejan los acuerdos comerciales.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo va la aplicación de los TLC en el país?
AMYLKAR ACOSTA: Colombia ha firmado estos TLC tomándose un cóctel fatídico y es abriendo el mercado en medio de una ola revaluacionista que nos dio un respiro de tres meses, pero en los últimos 20 días se ha revaluado nuevamente el peso colombiano en 60 pesos.
ENS: Pero los obstáculos no son desconocidos…
AA: Exacto, Colombia tiene dos grandes obstáculos que le impiden ser competitivo y aprovechar los TLC.
Uno, es que no tiene una oferta exportadora y dos que tiene un gran cuello de botella por las falencias en materia de infraestructura y logística. Para rematar estos TLC se han negociado en medio de dos corrientes muy fuertes que han venido afectando a la industria y la producción nacional, que es la apertura del mercado interno y la revaluación del peso que le ha quitado competitividad a la producción a la industria nacional y las exportaciones.
ENS: ¿Entonces la estrategia del TLC no funciona?
AA: Sí ha funcionado, porque estaba previsto que estudios de planeación nacional preveían que para Colombia era más lo que perdía que lo que ganaba con los TLC.
ENS ¿Qué decir en cuanto al carbón y al petróleo?
AA: Son productos que son commodities que no están sujetos a negociaciones porque su demanda es poco elástica, todos los países necesitan carbón, petróleo y sería darse un tiro en el pie ponerle gravámenes y obstáculos a las importaciones de petróleo y carbón porque lo necesitan, para eso no se negociaron los TLC.
Desafortunadamente siguen concentradas en más de un 70% en esas exportaciones tradicionales. Progresivamente se ha venido dando un proceso de marchitamiento del sector industrial.
ENS: ¿Vamos camino a una recesión?
AA: La industria no crece, llevamos cuatro trimestres consecutivos a la baja, ya podemos hablar que en Colombia hay una recesión industrial y eso tiene sin cuidado al Gobierno que sigue firmando TLC.
La participación de la industria en el PIB pasó de 24% al 12.6%. Bien decía un analista que Colombia está más obsesionada por firmar TLC que por la infraestructura.
Podremos aumentar las exportaciones de manufacturas cuando al mismo tiempo se está reduciendo la participación de la industria.
ENS: ¿El balance resulta mucho peor de lo esperado?
AA: El balance no lo hago yo, son cifras del Dane: entre el 5 de mayo de 2012 cuando entró en vigencia el TLC y el 31 de mayo de este año, las exportaciones colombianas a EU se incrementaron 3.3%.
Entre tanto, las importaciones desde EU para Colombia se incrementaron el 14.6%. Las cifras más reciente de enero a mayo de este año, muestran que las ventas al exterior por parte de Colombia, acumularon una caída del 6.5%, y las tradicionales como carbón, petróleo y café cayeron el 11%.
Las no tradicionales que son fundamentalmente manufacturas, se incrementaron 5.5%.
Llama la atención el Dane cuando dice que por destino, las exportaciones a EU cayeron en estos primeros cinco meses de enero a mayo 13.6%.
Más de 74% de las importaciones desde EU son manufacturas. Eso lógicamente lo lleva a uno a preguntarse hasta dónde se va a cumplir la meta planteada por el Ministro de Comercio de triplicar las exportaciones colombianas.
ENS: ¿Entonces las cifras para fin de año serían mucho peores?
AA: El gobierno le sigue apostando a un crecimiento completo de 4.5 pero cada día se queda más solo con ese pronóstico. Estoy más en la línea de Fedesarrollo y de Anif que pronostican 3.8% para este año.
ENS: Frente a esto ¿cuál es el papel debe jugar el empresario colombiano?
AA: El empresariado colombiano está enfrentado a un dilema, o se pliega convirtiéndose en comercializador adquiriendo franquicias en el exterior para comercializar en el país lo que antes producía, o cierra su fábrica ante la imposibilidad de competir en los mercados externos, porque la revaluación lo sacó del mercado, como el mercado interno que ha ido perdiendo. Por ejemplo, Cauchosol, una empresa productora de calzado dejó de hacerlos para convertirse en comercializadora de calzados. Icollantas resolvió cerrar la producción de llantas en Colombia y convertirse en comercializadora del producto.