Un doble atentado golpeó el miércoles el sur de Beirut causando cuatro muertos y un centenar de heridos en otro ataque en la capital libanesa vinculado con el conflicto armado de la vecina Siria.
El atentado se produjo en un feudo del movimiento chiita libanés Hezbolá que apoya militarmente al régimen de Damasco en la guerra civil siria, y cerca de un centro cultural iraní. Teherán es estrecho aliado del Hezbolá.
Un grupo yihadista, las Brigadas Abdalá Azzam, reivindicó de inmediato el acto, calificándolo en un comunicado de "doble atentado suicida" contra este centro cultural.
"Vuestros hermanos de las Brigadas Abdalá Azzam (...) reivindican el doble atentado suicida contra el centro cultural iraní" en Beirut, indica el texto.
Este grupo, inspirado en Al Qaida, ya reivindicó un anterior ataque contra la embajada de Irán en Beirut, que dejó 25 muertos en noviembre pasado.
En su comunicado de este miércoles, las Brigadas Abdalá Azzam aseguran que proseguirán sus ataques "contra Irán y su partido en Líbano", en referencia a Hezbolá, hasta que sus demandas sean satisfechas, entre ellas que "el Partido de Irán retire a sus fuerzas de Siria".
El ejército libanés confirmó que el ataque fue un doble ataque suicida. El ministro de Salud, Wael Abu Faour dijo que cuatro personas murieron y 103 resultaron heridas.
Un fotógrafo de la AFP que se hallaba en el lugar indicó que el atentado se produjo frente al centro cultural iraní, en el barrio de Bir Hasan.
El director de la Cruz Roja libanesa, Georges Kettaneh, había dado previamente un balance de tres muertos y 70 heridos.
Las cadenas de televisión libanesas difundieron imágenes que mostraban importantes destrozos y a los socorristas transportando a las víctimas lejos de una calle cubierta por cascotes y con varios coches en llamas.
El Líbano, profundamente dividido por el conflicto en Siria, ha sido golpeado en los últimos meses por una serie de atentados, muchos de ellos contra feudos de Hezbolá. Este movimiento reconoció el año pasado que ha enviado combatientes a Siria para apoyar a las tropas del presidente Bashar Al Asad frente a una revuelta mayoritariamente sunita, iniciada en marzo de 2011.
Hezbolá asegura que su implicación en Siria es necesaria para proteger a Líbano de los extremistas sunitas. Los críticos de este movimiento chiíta lamentan en cambio que Líbano se vea envuelto en el sangriento conflicto del país vecino.
El atentado de este miércoles se produce pocos días después de que el primer ministro libanés Tammam Salam formara el sábado un nuevo gobierno de compromiso que reúne por primera vez en tres años al movimiento chiita Hezbolá y a la coalición liderada por el ex primer ministro Saad Hariri.
El anuncio del nuevo gobierno puso fin a una crisis de casi un año, exacerbada por el conflicto sirio que divide profundamente al país.
Salam condenó el doble atentado de este miércoles, que "refleja la determinación de las fuerzas del mal en dañar al Líbano y a sus hijos, y en sembrar la discordia" en el país, aseguró en un comunicado.