Un ambiente de tensión se vive por estos días en las toldas del Partido Liberal. A pesar de que la colectividad pasa por uno de sus mejores momentos desde hace 19 años cuando tuvo su último Presidente, parece que volver a las mieles del poder ha despertado las disputas internas.
Entre las varias interpretaciones de esta situación está la del exministro Carlos Medellín, para quien lo que se está cocinando es la reunificación.
El origen de los enfrentamientos parece estar ligado a la falta de consulta de las decisiones de la Dirección a sus miembros, así como la presunta suficiencia con la que el actual jefe de la colectividad, Simón Gaviria, vendría actuando.
Así quedó claro luego del reclamo que le hizo el senador Juan Manuel Galán a Gaviria tras el nombramiento de Ángela Garzón como secretaria Social y de Participación del liberalismo.
En su reacción, el senador afirmó que dentro del partido se “están tomando decisiones inconsultas”. Incluso los cuestionamientos han llegado al punto de calificar de clientelistas algunas de las actuaciones de la Dirección.
División por apoyos
El segundo enfrentamiento de las recientes semanas tuvo como protagonistas al el exministro y precandidato Eduardo Verano, de nuevo con Gaviria.
En una carta enviada al Jefe de la colectividad, Verano califica de inapropiado el apoyo ofrecido por Gaviria a la reelección de Juan Manuel Santos sin tener en cuenta las aspiraciones de los integrantes de la colectividad.
El exministro cuestionó las declaraciones preguntándose si tal posición “se trata de una decisión personal o de una fracción específica del Partido, y además desearía saber cómo se llegó a esta disposición sin el uso de los mecanismos institucionales establecidos para ello”.
A esto se suma la competencia por la presidencia del Senado que protagonizan los senadores Juan Fernando Cristo, Edgar Gómez y Camilo Sánchez.
De otro lado están los cuestionamientos que le ha hecho el representante Guillermo Rivera al Presidente de la colectividad, quien criticó el respaldo que le dio Gaviria al Gobierno de levantarse de la mesa de conversaciones con las Farc, si no hay avances rápidos.
Todo lo anterior sin contar con la reactivación de las críticas del ala liderada por el ex presidente Ernesto Samper, quien recientemente aseguró que “el proyecto político del liberalismo se reduce a no salirse de la foto con el presidente Juan Manuel Santos”. Cabe recordar que Samper tiene demandada la elección de Gaviria como Jefe Único del Partido.
Razones de los enfrentamientos
Como ya se anticipó, el exministro Medellín opinó que la disputa se centra en el apoyo conjunto que darían los liberales y Cambio Radical a la reelección de Santos.
“Parece que todo va dirigido a la decisión que tome el Partido Liberal de unirse con Cambio Radical al rededor del nombre de Juan Manuel Santos como candidato presidencial o no. Lo que se está decidiendo es el apoyo que le debe dar la colectividad al candidato–presidente y no hay consenso al interior del partido en ese sentido. En últimas se está definiendo la reunificación del Partido Liberal y Cambio Radical alrededor del Presidente”, le aseguró Medellín a EL NUEVO SIGLO.
Para la directora del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría, Marcela Prieto, los enfrentamientos en el liberalismo se deben a la lucha de poderes internas entre diferentes fracciones políticas por el poder en época preelectoral.
“Es natural por la lucha de poder dentro del Partido. Es una colectividad que por naturaleza alberga diferentes posiciones, hay diferentes fracciones al interior de él y como estamos en una época preelectoral es natural que este tipo de fricciones se den por la lucha de poder. Por otro lado estamos hablando de una nueva generación de poderes en la representación del gavirismo que se aleja un poco de lo que fue el galanismo. Es una nueva generación luchando por esos poderes”, dijo la especialista.
Por su parte, el politólogo de la Universidad Nacional, Alejo Vargas, consideró que las diferencias pueden corresponder a movimientos propios hacia la convención liberal con miras a las próximas elecciones de Congreso.
“Yo creo que son tensiones entre dirigentes que de alguna manera pueden estar reflejando lo que podríamos llamar acomodos para una eventual convención liberal donde se deben definir de nuevo directivas del partido y líneas en la perspectiva del Congreso para el próximo año”, afirmó el analista.