Nuevas señales emergieron este martes de la frustración de Washington con el presidente afgano Hamid Karzai, con un informe de que Estados Unidos podría apresurar el retiro de sus tropas o incluso no dejar fuerzas más allá de 2014.
El cotidiano The New York Times señala que ambas opciones están siendo consideradas seriamente, luego de una tensa teleconferencia entre Obama y Karzai a fines del mes pasado.
No es claro, sin embargo, si la información es usada por la administración para presionar a Karzai luego de un diferendo con la Casa Blanca sobre conversaciones con los talibán.
La idea de una "opción cero", de no dejar tropas fue manejada a principios de año por el asesor asistente de Seguridad Nacional estadounidense, Ben Rhodes.
Entonces, el comentario fue interpretado como una forma de presionar a Karzai, en momentos en que Washington y Kabul trataban de negociar un tratado sobre cuestiones de seguridad post-2014.
Es probable que también existiera alguna lucha interna de poder en Washington, dado que la Casa Blanca y el Pentágono difieren a menudo sobre número de tropas y ritmo del repliegue desde el comienzo de la administración Obama.
El mandatario se muestra decidido a poner término al compromiso militar en Afganistán a fines de 2014, como parte del proyecto prioritario de su administración de concluir las guerras en el exterior.
Pero su administración negocia con Karzai para dejar una fuerza "residual" a fin de enfrentar una eventual amenaza terrorista y entrenar a fuerzas afganas.
La relación de Washington con Karzai, aunque nunca buena y con frecuencia volátil, se deterioró nuevamente el mes pasado, luego de conversaciones de paz de emisarios estadounidenses con los talibán en Doha.
Kabul anunció el domingo que las conversaciones sobre una eventual presencia de tropas estadounidenses en Afganistán luego de 2014 solamente podrán reanudarse luego de que representantes del talibán se reúnan con negociadores de Karzai.
El mandatario afgano se enfureció cuando los talibán abrieron una oficina en la capital Catarí, elegida para las negociaciones y luego mostrada como si fuera una embajada de un gobierno afgano alternativo.
Para distender la situación, Obama mantuvo una videoconferencia con Karzai el 27 de junio, pero el resultado fue negativo, según el Times, que cita a responsables estadounidenses y afganos al tanto de la comunicación.
Según las fuentes, Karzai acusó a Estados Unidos de tratar de negociar la paz por separado, tanto con el talibán como con sus aliados en Pakistán. Karzai afirmó que ello dejaría a su país expuesto a vecinos hostiles.
Altos funcionarios estadounidenses dijeron que no se ha tomado una decisión final sobre el eventual contingente que permanecería después de 2014 y que Washington todavía intenta lograr un acuerdo con Kabul sobre una futura presencia de la OTAN para fortalecer la seguridad.
Pero las dificultades crecen en las instancias de negociación, según el NYT, que atribuye la información a funcionarios de alto rango estadounidenses y europeos.
"Siempre hubo una opción cero, pero no era vista como la principal", dijo un responsable occidental en Kabul, según el Times.
"Ahora se está convirtiendo en una de ellas, y si se escucha a alguna gente en Washington, ahora podría ser vista como un camino realista".
El responsable agregó que espera que también los afganos comiencen a darse cuenta de que la opción cero es una posibilidad real.
Muchos en la administración podrían ver un avance político en el hecho de no dejar militares estadounidenses en riesgo en Afganistán, luego de que la guerra más larga que haya enfrentado Estados Unidos llegue a su fin.
Pero algunos expertos en seguridad dudan de que las incipientes fuerzas armadas afganas puedan enfrentar a los talibán por sí solas.
También advierten que los esfuerzos estadounidenses para eliminar los remanentes de Al Qaida en las volátiles regiones tribales de Pakistán, podrían estar comprometidas sin las fuerzas de la OTAN en el lado afgano de la frontera.
Según los planes actuales, la mitad de los 68.000 soldados estadounidenses en Afganistán deberían partir en febrero y en consecuencia, el recientemente formado ejército afgano y la policía están asumiendo el liderazgo en el frente de batalla.