Las preocupaciones sobre el crecimiento mundial hunden a los mercados financieros, con el enfriamiento del motor chino que se precisa, una economía europea dubitativa y perspectivas imprecisas sobre una subida de las tasas de interés en Estados Unidos.
Después de la agitación en el mercado de divisas, la caída continua de los precios del petróleo y el desplome de Wall Street el jueves, todas las bolsas asiáticas cerraron fuertemente a la baja el viernes, llevando consigo en su descenso a las plazas europeas.
"Más que una degradación de la economía mundial, es el contexto internacional que no mejora como esperado", explica a la AFP Jean-Louis Mourier, economista de la corredora Aurel BGC.
"La recuperación en EEUU y, en menor medida, en la zona euro y Japón, será compensada por la actual desaceleración en China, el crecimiento débil o negativo en América Latina, y Rusia que se recupera muy lentamente de la recesión del año pasado", sostiene en una nota Marie Diron, responsable de la política de crédito de la calificadora Moody's.
Pero el mayor enigma es la magnitud y la velocidad de la desaceleración del crecimiento chino, motor de la actividad mundial en la última década.
"Aumenta la incertidumbre sobre la desaceleración de China", confirma el banco estadounidense Citi en una nota, en la que prevé además que el crecimiento de la segunda economía mundial "seguirá sin duda flojo".
Un temor atizado el viernes por el anuncio de un nuevo retroceso de la actividad manufacturera china en agosto, a su nivel más bajo en seis años, según el Índice de Gerentes de Compras (IGC) de referencia, calculado por la empresa Markit.
Aún así, el FMI prevé un crecimiento de 6,8% este año (frente a 7,4% en 2014), pero varios analistas ponen en duda los datos oficiales chinos.
- Caída materias primas -
La incertidumbre durará "al menos hasta el final del año", afirma Nigel Green, director de la consultora deVere. Allí tendremos "una mejor visión de los riesgos de un 'aterrizaje violento' chino".
"La devaluación fue vista como la última opción del gobierno chino que no lograba reactivar el crecimiento", agrega Jean-Louis Mourier.
La desaceleración china pesa también sobre los mercados de materias primas, cuyos precios han caído drásticamente, lo que penaliza sobre todo a los países emergentes, principalmente de América Latina".
"Muchos países se ven afectados, ya que dependen de la exportación de materias primas, especialmente de minerales", detalla Mourier.
Brasil, la séptima economía mundial, se hunde en la recesión con una inflación y paro en alza, una moneda en declive, a lo que se añade una grave crisis política.
Por otra parte, el crecimiento en la zona euro se desaceleró ligeramente en el segundo trimestre a 0,3% (contra 0,4% en el primer trimestre), principalmente a causa de Francia, mientras que Alemania tuvo mejores resultados que en el primer trimestre, pero peores de lo esperado, según las primeras estimaciones publicadas el 14 de agosto por la oficina europea de estadísticas, Eurostat.
No obstante, si bien la recuperación no es lo suficientemente rápida para los analistas, a largo plazo las perspectivas en la zona euro son alentadoras.
El crecimiento de la actividad privada se aceleró en agosto en la zona euro, gracias a Alemania y pese a una ralentización en Francia, indicó el viernes el gabinete privado Markit al publicar una primera estimación del índice PMI.
"El euro está subvaluado, y esto ayudará a fortalecer la recuperación de la economía europea", estima Nigel Green, que también prevé que el precio bajo del petróleo sea un factor positivo para las economías europeas.
Los precios del oro negro seguían cayendo el viernes, acercándose a los 40 dólares en Asia.
Además, la política monetaria estadounidense parece desorientar a los analistas, otro factor que presiona a la baja a los mercados financieros.
En el acta de su última reunión, los funcionarios de la reserva Federal mostraron que la entidad no tiene prisa para aumentar las tasas de interés de Estados Unidos.