El presidente brasileño, Michel Temer, revocó la orden de despliegue de tropas en Brasilia, ordenada la víspera tras violentos incidentes que dañaron edificios ministeriales en la capital.
"El Presidente de la República (...) decreta: ART 1º: la revocación del Decreto del 24 de mayo de 2017, que autoriza el recurso a las Fuerzas Armadas como garantía de la Ley y el Orden en el Distrito federal", indicó una edición especial del Diario Oficial de la Unión colgada en internet.
Tras la publicación del nuevo decreto, las fuerzas que durante la noche protegían otros edificios públicos en la Explanada de los Ministerios empezaron a replegarse, observó una reportera de la AFP.
Temer ordenó el despliegue de 1.500 militares -1.300 del Ejército y 200 de la Marina- luego de los desmanes cometidos por grupos de jóvenes encapuchados durante una masiva manifestación sindical que reclamaba su renuncia y el retiro de las medidas de austeridad en curso en el Congreso.
La policía replicó con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo. Los enfrentamientos dejaron siete detenidos y unos 50 heridos, según informes oficiales.
Las fachadas de varios ministerios mostraban por la mañana las huellas de la batalla, con vidrios rotos y parte del mobiliario quemado. El más dañado fue el ministerio de Agricultura.
La decisión de desplegar tropas levantó una batahola, en momentos en que Temer está asediado por denuncias de corrupción y asiste a una erosión acelerada de su base aliada. La presencia de tropas en la capital evocó además recuerdos de la poca de la dictadura militar (1964-1985), aunque el despliegue se base en disposiciones constitucionales, según alega el gobierno.
Con su decreto, Temer tuvo "la última oportunidad de demostrar autoridad de un gobierno que ya acabó", sintetizó la columnista Maria Cristina Fernandes, del diario económico Valor.