El paso de los técnicos europeos por el fútbol profesional colombiano, si por el número de títulos ganados fuera (solo tres), sería un fracaso, pero su trabajo ha dejado huella.
Establecer un esquema de juego del fútbol no es una labor fácil porque se basa más en la preparación física que en la técnica, pero los que pasaron todavía son recordados, especialmente Toza Veselenovic y Vladimir Popovic y eso que hace rato que estuvieron por acá.
La palabra proceso en el fútbol colombiano fue promovida en parte gracias a la persistencia y disciplina que gestionaban los entrenadores del viejo continente en nuestro país.
La incursión de entrenadores del viejo mundo inició con el nacimiento del balompié rentado en los 40 y como cosa curiosa, llegó a Santa Fe. Fue en 1940 y se trató de Jack Greenwell, quien estuvo en el FC Barcelona por más de 5 años. Los Cardenales llegaron a la semifinal del Torneo Cundinamarca. El técnico inglés no pudo terminar su labor debido a un derrame cerebral que sufrió el miércoles 7 de octubre de 1940.
Ocho años después, ya con el fútbol profesional disputando su primer torneo, Santa Fe se tituló como el primer campeón.
Los pasos del Expreso Rojo fueron seguidos por Junior de Barranquilla, que trajo a Friedrich Donnenfeld, quien estuvo por dos años, durante las campañas de 1951 a 1953. Los Tiburones fueron octavos en la primera temporada del técnico austriaco. En la segunda finalizó 6, y la última terminó en el 8 lugar de la tabla.
Los años 70 marcaron la escuela yugoslava, la misma que logró los únicos títulos cosechados hasta el momento y quienes de paso revolucionaron el estilo de juego de la liga colombiana, con una transformación de la mentalidad del jugador, que en ese entonces no contaba con las visiones que provenían de Europa.
En 1969, el serbio Toza Veselinovic fue el encargado de organizar un nuevo esquema en un equipo del fútbol colombiano: Santa Fe ganó el título de la Copa Simón Bolívar. Veselinovic, además, dirigió la Selección Colombia en las eliminatorias al mundial que se jugaría en Alemania Occidental. El serbio dirigió 13 partidos, ganó 2, empató 5 y perdió 6 con un rendimiento del 28,2%.
Veselinovic con Santa Fe logró una racha de 8 partidos invicto, venciendo rivales como Tolima, Millonarios, Cúcuta, Once Caldas, Cali, Nacional y Quindío. El técnico europeo consiguió otro récord con los Cardenales, fueron 18 partidos entre los años 1969 y 1979 en las que el equipo no conoció la derrota.
Otros
Vladimir Popovic sería el encargado de reemplazar a su compatriota. El Rojo capitalino ganó la final de la liga 1972 ante Nacional, dejando un estilo de juego marcado. Los Cardenales serían catalogados como un equipo aguerrido y luchador, con gran desempeño físico.
Debido a la preparación consiguió marcar 100 goles en una misma campaña. Popovic además dirigió a Millonarios y al Deportivo Cali, equipo con el cual consiguió el torneo de 1974, y la clasificación a la Copa Libertadores de América tras cinco años de ausencia. Los azucareros de Popovic se caracterizaban por tener juego colectivo marcado y recalcar la técnica del jugador a la hora de buscar la funcionalidad de un esquema. El elenco contaba con Carlos Pibe Valderrama, Bernardo Redín y Álvaro Polaco Escobar como figuras en su plantilla.
Luego, en 1973, América de Cali presentó a Vilic Simo, quien tenía el objetivo de dejar en las vitrinas del club títulos nacionales e internacionales. Sin embargo, en su primera campaña el campeón fue Atlético Nacional y los Diablos Rojos finalizarían en el penúltimo lugar. En la siguiente temporada el panorama para los Escarlatas mejoraría, pero tampoco se alzaría con el título, que terminó en manos del Cali.
Otro yugoslavo, quien luego se nacionalizaría argentino, José Rodolfo Kraj, no consiguió ningún título pero llevó a Santa Fe a la semifinal de la Copa Libertadores en 1961. El campeón de la Copa fue Peñarol, que venció en la final al Palmeiras 2-1. Los brasileños fueron los encargados de eliminar del torneo a Santa Fe. Sin embargo fue un logro importante para el Expreso Rojo, dejando un tercer lugar en la competición más importante del continente.
Más adelante llegó Dragan Miranovic, quien fue traído por César Villegas a Santa Fe, luego dirigió sin éxito a Millonarios, en el que tomó el mandato justo cuando Oscar Cortés hacía su debut como técnico y realizaba una campaña aceptable.
Los resultados de Miranovic fueron pobres, dejando al equipo en el puesto 10 con 26 puntos en 18 partidos.
Su paso por los azules, como lo había sido por los rojiblancos, no fue exitoso, pero aun así fue llamado por el Junior durante la temporada 2003, donde consiguió la final del Torneo Apertura, perdiendo con el Once Caldas, que se coronaría campeón de la Copa Libertadores el año siguiente en el estadio Palogrande.
Los españoles
Después de la huella que dejaron los yugoslavos, apareció la escuela española con Juan Manuel Lillo en Millonarios e Ismael Rescaldo con Envigado.
Lillo dirigió a Millonarios en la temporada 2014-2015, sin obtención de títulos, pero intentó plasmar un estilo de juego ‘Bielsista’ o más bien ‘Guardiolista’, que no daría los resultados que esperaba el equipo, en parte por la mala gestión administrativa de las directivas y concretamente de Portolés. La primera temporada Millonarios llegó a la semifinal contra Atlético Nacional, la segunda temporada de Lillo es recordada por la goleada 5-0 por Atlético Nacional en el Atanasio Girardot.
Rescalvo, por su lado, llegó proveniente del Moncada, equipo que jugaba en la tercera división del fútbol español. Realizó un buen torneo clausura finalizando 9 en el todos contra todos con 32 puntos, pero en el primer semestre de este año las cosas no salieron tan bien, entre otras cosas porque le desarmaron el equipo.
Otros entrenadores han sido José Castillo, quien estuvo al mando de Independiente Santa Fe durante la época del Dorado, en 1949. Castillo cuenta en su palmarés con un título de Liga con el FC Barcelona, en la campaña 1928-1929, pero en Colombia no levantó el trofeo.
Puede que los títulos sean escasos para los técnicos europeos que intentaron imponer esquemas de juego novedosos, pero la exigencia física se convirtió en el mayor obstáculo.
Ahora queda por ver cómo le va a Lillo en el Atlético Nacional, club en el que tendrá una nómina de lujo, pero en el que se encontrará con la oposición de los aficionados, especialmente por su pasado azul.
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