Las tasas de interés que maneja el Banco de la República para todo el sistema financiero podrían subir hasta 6,25% en el corto plazo. Esto es lo que prevén los mercados financieros privados, al señalar que “se esperan más movimientos alcistas de la tasa de intervención en el primer trimestre, hasta el 6,25%, como mecanismo para controlar las expectativas de inflación, particularmente las de 2017, así como intentar frenar la ampliación del déficit en cuenta corriente”.
Los analistas de CorpBanca consideran que “posteriormente, el Emisor tendría espacio de relajación y retornaría la tasa al 5,50% a cierre de año”.
Por su parte, los investigadores del Bancolombia señalan que “la estrategia adoptada por el Emisor de realizar incrementos progresivos y graduales continuará en la primera reunión de 2016. Así consideramos que la Junta optará por llevar la tasa repo a 6% en enero. De conjugarse un escenario de más intensidad del fenómeno del Niño, mayores efectos inflacionarios por el incremento del salario mínimo (7%) y más dinámica de la actividad real, las expectativas inflacionarias podrían deteriorarse aún más, lo cual podría llevar a la tasa repo por encima del 6%. A pesar de ello, creemos que el fin del ciclo de aumentos en la tasa repo está cerca”.
Más ajustes
De acuerdo a lo previsto por CorpBanca Económico, “el Emisor ajustó la tasa de interés en los últimos cuatro meses del año en respuesta al ascenso continuo de las expectativas en la medida que el fenómeno del Niño y la devaluación presionaron la inflación al alza, al punto que ésta desbordó el límite superior del rango meta, no solo en su medición total, sino también en los indicadores de inflación básica”.
De tal manera, el aumento del nivel de precios ha sido el eje central en las decisiones recientes del Banco de la República, a pesar de que la economía se esté expandiendo por debajo de su potencial. Y es que la posición de Junta parece mantenerse con un sesgo alcista para los próximos meses como se evidenció en las minutas del último encuentro de política monetaria.
En ellas se hizo explícito el deterioro de los términos de intercambio como resultado no solo del descenso de los precios del petróleo sino también de otras materias primas que exporta Colombia. Sin embargo, en este escenario la demanda interna soportó el crecimiento en el tercer trimestre del año, al punto que el consumo se aceleró frente al trimestre anterior, haciendo que el PIB anotara una cifra superior (3,2%) a la prevista por el equipo técnico.
Los riesgos
En adición a los menores riesgos bajistas por el lado del consumo, el informe señala que los precios continúan al alza en los rubros de alimentos y transables, destacando que todas las medidas de inflación básica se encuentran por encima de 5%. Ahora, teniendo en cuenta la persistencia del fenómeno del Niño, la devaluación y la indexación, el equipo técnico estima que la inflación permanecerá elevada en la primera parte de 2016. Posteriormente las presiones se podrían diluir, estimando que el indicador retorne dentro de la meta en un horizonte de dos años.
En suma, la Junta destaca que la demanda interna no se ha moderado al ritmo previsto y los precios se mantienen altos en medio de ausencia de corrección del déficit en cuenta corriente. Los miembros aún se muestran divididos respecto a la magnitud del ajuste en la tasa de intervención, donde las posturas más alcistas afirman que es necesario un ajuste de 50 puntos básicos previendo el nuevo ascenso de la inflación en 2016 y el amplio déficit en balanza comercial, movimiento que daría credibilidad al Emisor y evitaría choques futuros más adversos.
Sesgo alcista
Sin embargo continúa prevaleciendo la postura de ajustes de 25 puntos básicos en una senda que permita ser más previsible frente al mercado y calibrar más fácilmente el efecto sobre la economía.
Así, las minutas de política monetaria reafirmaron el sesgo alcista en la tasa de intervención dada la expectativa de mayor alza en los precios a inicio de 2016, así como la ausencia de corrección del déficit en cuenta corriente.
“Para el primer encuentro de política monetaria del año que se llevará a cabo el 29 de enero, estimamos que el Emisor anuncie un nuevo incremento en la tasa de intervención hasta el 6%, dando continuidad al proceso de ajuste iniciado en el mes de septiembre. Los argumentos que soportarían la decisión seguirían la línea de las minutas de diciembre, donde se destaca presión alcista en los precios así como una desaceleración de la demanda a un ritmo menor al previsto”, aseguran los analistas.
Sin embargo, los investigadores sostienen que otro factor que está generando un sesgo alcista en la tasa de política monetaria es la persistencia del déficit en cuenta corriente, en la medida que aumenta la vulnerabilidad externa ante un choque no previsto.
En este sentido, el mecanismo de ajuste se daría por medio del aumento en la tasa de interés, que motivaría menor interés de los locales por adquisición de bienes externos, lo que a su vez contribuiría a controlar las expectativas de inflación.
Dada esta perspectiva, la dinámica de las previsiones de IPC será determinante en el rumbo de la política monetaria. De acuerdo a la Encuesta de Expectativas Mensuales del Banco de la República publicada en diciembre, para 2016 la previsión media de IPC de los analistas apunta al 4,63%, desviándose tan solo 63 puntos básicos del límite superior del rango meta, y corrigiendo parte de la dispersión anotada en el 2015.
Hacia 2017, la inflación corregiría aún más hasta el 3,83%. Y es quizá esta última cifra la más relevante al momento de hacer seguimiento de las expectativas en la medida en que el Emisor ya anunció que espera la convergencia de la inflación dentro de la meta solo hasta el 2017, motivo por el cual la inflación esperada para 2016 perdería un poco de relevancia ya que es claro que está siendo afectada por el fenómeno del Niño y el aumento de la tasa de cambio.