Tasa de cambio sigue cuesta abajo | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Marzo de 2014

Como se ha presentado a lo largo de la semana, el precio del dólar siguió cayendo y ayer perdió otros 7,25 pesos, con lo que acumula una disminución de 28 pesos en los últimos cuatro días.

De acuerdo con los analistas consultados por este diario, este hecho se debe principalmente a las expectativas que tienen los mercados acerca de un cambio en la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, y de  la masiva entrada de dólares al país, producto de la inversión extranjera y de la monetización de recursos.

Por ejemplo, el director de investigaciones económicas de Credicorp Capital, Daniel Velandia, dice en un análisis que “la monetización de los recursos con los que Ecopetrol va a pagar a sus accionistas minoritarios los dividendos en una sola cuota el próximo 28 de abril y que llegan a 624 millones de dólares, hará que la cotización del dólar disminuya. A esto se suma que la petrolera también deberá monetizar el pago al Gobierno de 4.795 millones de dólares, sin embargo esto tiene que hacerlo en 8 cuotas a partir de julio”.

 

A cuentagotas

Sobre este hecho, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo en su momento que estos recursos no van a entrarlos de un solo envión sino que serán distribuidos de acuerdo con la coyuntura de la economía.

En su análisis, Velandia, señala que “mientras el peso continúa mostrando una tendencia bajista, en la segunda mitad del año la monetización de los recursos provenientes de dividendos que recibe el Gobierno por parte de la petrolera, que si bien se hará periódicamente para no afectar de manera significativa el mercado cambiario, sí implicaría un flujo importante de dólares en la economía sustentando nuestra expectativa de una tasa de cambio de 1.950 pesos para el cierre del año”.

Las probabilidades de que el precio del dólar se mantenga por debajo de los 2.000 pesos o que continúe, incluso, cayendo más son altas. Ayer, la tasa de cambio cerró en 1.965 pesos pero bajó hasta los 1.964 pesos en el mercado interbancario, cuando hace dos semanas alcanzaba los 2.060 pesos.

Algunos analistas sostienen que la corrección de este mercado podría llevar la cotización de la divisa estadounidense hasta un mínimo de 1.875 pesos. Otros, por el contrario, piensan que ese descenso alcanzaría su piso en un nivel de 1.930 pesos por dólar.

 

Los estímulos

Son varias las razones que los llevan a pensar en esas posibilidades, entre las que figuran la política de desmonte de los estímulos económicos de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) y las de que más inversionistas extranjeros tengan acceso a deuda colombiana (TES) a causa del ‘rebalanceo’ del índice de JP Morgan.

Esto hará, según Andrés Pardo, gerente de investigaciones económicas de Corficolombiana, que el mercado colombiano quede más expuesto a un mayor flujo de recursos externos, que se calcula en unos 9.000 millones de dólares, aunque su entrada no será inmediata.

“Desde luego, esos recursos no llegarán de inmediato, y supongamos que no sea ese el volumen, sino solo la mitad, unos 5.000 millones. De cualquier forma, se suman a los 16.000 millones de dólares que representan la inversión directa, con lo cual la oferta de divisas en el mercado llegará a 21.000 millones”, explicó el analista.

Las compras

Quizás por eso la junta directiva del Banco de la República, en su tercera reunión del año, decidió extender su programa de compra de dólares tres meses más, hasta junio, en el que se permitirá adquirir un máximo de 1.000 millones de dólares.

También mantuvo en 3,25 por ciento su tasa de intervención del mercado.

De acuerdo con Uribe, en los últimos meses las compras diarias de dólares han sido del orden de los 10 millones, nivel que podría mantenerse dependiendo de lo que siga ocurriendo en el mercado. La comisionista Credicorp Capital consideró que la ampliación del cupo de compras le otorga suficiente flexibilidad al Emisor en este frente.

En la última Junta Directiva del Emisor, los codirectores decidieron de manera unánime extender el programa de compra de dólares de reservas hasta junio de este año por 1.000 millones de dólares.

“Esto resulta consistente con nuestras expectativas, en la medida en que le otorga suficiente flexibilidad al Banco de la República. Queda claro que la información publicada sobre el incremento de la participación de los títulos de deuda pública en moneda local en los principales índices de JP Morgan, fue un factor determinante en esta decisión”, sostienen los analistas de Credicorp Capital.

A su vez, el analista Gerardo Rojas, sostuvo que “además del impacto de la política monetaria de EU, aquí se siente el efecto de la masiva entrada de dólares y la mano de los especuladores. A quién beneficia o a quién afecta, eso lo deben resolver quienes supervisan, pero sí es materia de preocupación que la moneda no se pueda sostener siquiera en el margen de los 2.000 pesos”.

Los analistas consideran que durante la primera parte del año el dólar podría negociarse cerca de los niveles actuales manteniendo presiones de depreciación a la espera de la trayectoria futura de la política monetaria en EU.

 

¿Hacia los $1.900?

“Sin embargo, en una segunda etapa (probablemente hacia finales del primer semestre), esperamos que el dólar converja gradualmente hacia los $1.900 en cuanto consideramos que los inversionistas serán ampliamente selectivos bajo el escenario actual, lo que debería beneficiar a Colombia dada su buena posición relativa en la región”, señala Velandia.

De acuerdo con lo anterior, cabe destacar que Colombia cuenta con una alta exposición comercial a EU y Europa, con un déficit de cuenta corriente manejable y financiado completamente con inversión extranjera directa, al tiempo que se mantienen expectativas de precios relativamente altos del petróleo a lo largo de 2014, flujos esperados de IED a sectores diferentes al petrolero como el de infraestructura y la promoción de mayores flujos extranjeros al mercado de deuda pública por parte de las autoridades.

“Sin embargo, en una segunda etapa (probablemente hacia finales del primer semestre), esperamos que el dólar converja gradualmente hacia los $1.900 en cuanto consideramos que los inversionistas serán ampliamente selectivos bajo el escenario actual, lo que debería beneficiar a Colombia dada su buena posición relativa en la región”, señala Velandia.

De acuerdo con lo anterior, cabe destacar que Colombia cuenta con una alta exposición comercial a EU y Europa, con un déficit de cuenta corriente manejable y financiado completamente con inversión extranjera directa, al tiempo que se mantienen expectativas de precios relativamente altos del petróleo a lo largo de 2014, flujos esperados de IED a sectores diferentes al petrolero como el de infraestructura y la promoción de mayores flujos extranjeros al mercado de deuda pública por parte de las autoridades.

Por su parte, el director de estudios económicos de la firma Serfinco, Daniel Lozano, al analizar las más recientes fluctuaciones de la divisa, considera que “lo que está haciendo la tasa de cambio es incorporar una dinámica internacional en la que el mundo está asumiendo un cambio: la FED tarde o temprano terminará con su estímulo a la economía”. Asimismo, calcula que el promedio del dólar para la totalidad de 2014 estará por debajo de 2.000 pesos.

Adicional a las decisiones de política monetaria que se tomen en Estados Unidos, agrega Lozano, el mercado deberá estar pendiente de factores como “la evolución de los precios del petróleo. Esta tasa de cambio puede ser más competitiva para la industria”.

 

Preocupación exportadora

Los exportadores del país mostraron su preocupación por la caída en el precio del dólar y su impacto en el sector. El presidente de Analdex, Javier Díaz, dijo a los medios que “este comportamiento se debe a un hecho coyuntural, sin embargo el mercado tiene una fragilidad que cualquier noticia o tema lo mueve. Yo creo que en las próximas dos semanas la divisa va a presentar una alta volatilidad, pero consideramos que la divisa deberá mantenerse por encima de los 2.000 pesos, que es un nivel propicio para el mercado”.

 

El impacto externo

Si la Reserva Federal decide aumentar las tasas de interés antes de lo pensado, en primer lugar, el dólar estadounidense probablemente se fortalecería (en particular, debido a que la política monetaria de Japón continúa con una flexibilización agresiva y a que el Banco Central Europeo podría verse obligado a adoptar una política menos rigurosa para combatir la constante presión deflacionaria).

Asimismo, con la mejora en los datos económicos, no fue una gran sorpresa que la semana  pasada, la Reserva Federal anunciara que reduciría sus programas de compra de activos en 10.000 millones de dólares. Lo que sí fue sorpresivo es la estimación de Janet Yellen, de que la Reserva Federal podría comenzar a subir las tasas de interés a corto plazo seis meses después de que finalice el programa actual de flexibilización cuantitativa. Si la Reserva Federal toma estas medidas y continúa con su ritmo actual de desaceleración, podría ocasionar aumentos en las tasas antes  de lo pronosticado por los mercados.

Al mismo tiempo, los pronósticos de crecimiento económico que realizó la Reserva Federal parecieron más optimistas que otros anteriores e incluyeron una opinión actualizada sobre el mercado laboral. Específicamente, parece que los bancos centrales están comenzando a adoptar la perspectiva de que la tasa crónicamente baja de la participación de la fuerza laboral (es decir, aquellos que trabajan o buscan trabajo) podría mantenerse en niveles reducidos durante un largo período.

Atribuyen esta situación a problemas estructurales de largo plazo, tales como el avance tecnológico y la creciente brecha entre las habilidades actuales de los trabajadores y aquellas necesarias para realizar trabajos cada vez más especializados.

Si los problemas en el mercado laboral son, realmente, de naturaleza estructural, eso indicaría que la actividad de la fuerza laboral no sería tan baja como se pensaba. A su vez, esto implicaría que incluso un leve aumento en la demanda laboral podría ocasionar un incremento de los salarios y la inflación. A estas alturas, prácticamente no hay señales de que esta dinámica esté en marcha, pero sí indica un cambio importante en la opinión de la Reserva Federal. También explica por qué el banco central podría inclinarse hacia un aumento en las tasas con anterioridad a lo previsto.