La espectacular operación anticorrupción en la que tres hijos de ministros, un alcalde del partido en el poder y varios empresarios cercanos al mando fueron detenidos, conmocionó a Turquía, donde la oposición exigió la renuncia del gobierno islamista-conservador.
Más de cincuenta personas, según los medios de comunicación turcos, están todavía detenidos en el marco de este caso, un ajuste de cuentas entre el Primer ministro Recep Tayyip Erdogan y la todopoderosa cofradía del predicador musulmán Fetullah Gülen.
Cinco altos mandos de la policía de Estambul, entre ellos el de la dirección financiera que realizó la redada, iniciada el martes al alba en la ciudad, fueron destituidos y reemplazados por haber “sobrepasado los poderes”, indicó su dirección.
Asimismo, dos nuevos procuradores fueron nombrados para asistir a los dos magistrados encargados de supervisar la investigación, “teniendo en cuenta la importancia” de la misma, indicó la oficina del procurador de Estambul.
Estas decisiones tomadas de urgencia muestran la molestia al más alto nivel del Estado por este caso, que cuestiona a numerosas personalidades consideradas allegadas al gobierno y a su jefe.
Entre los detenidos figuran el gerente del banco público Halk Bankasi, Süleyman Aslan, empresarios y hombres de negocios, miembros del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) en el poder, entre ellos el alcalde del muy conservador distrito de Fatih en Estambul, Mustafá Demir.
La detención de los hijos de los tres ministros, del Interior Muamer Güler, de Economía Zafer Caglayan y de Medio Ambiente, Erdogan Bayraktar, que seguían siendo interrogados por la policía, dieron un giro muy político al escándalo.
Todos son sospechosos de corrupción activa, fraude o lavado de dinero en tres investigaciones diferentes, abiertas hace varios meses por la fiscalía de Estambul.
Según detalles que se filtraron el miércoles en la prensa turca, la primera investigación tiene en la mira a un empresario oriundo de Azerbayán, Rezza Zarrab, sospechoso de haber pagado sobornos para esconder algunas transacciones, en especial ventas ilegales de oro a un Irán bajo embargo internacional, a través de la Halk Bankasi.
Según la agencia de prensa Dogan, la policía decomisó 4,5 millones de dólares en efectivo en la casa del presidente director general de ese banco, escondidos en cajas de zapatos.
Las dos otras investigaciones conciernen la entrega bajo la mesa de dinero a allegados del gobierno al margen de los mercados públicos inmobiliarios.
El martes por la noche, el viceprimer ministro y portavoz de la AKP, Huseyin Celik, aseguró que estas investigaciones irían hasta el final./AFP