Desde hacía muchos años algunos hinchas de Millonarios no abandonaban El Campín, antes del pitazo final. En el clásico 267 lo hicieron al minuto 55, decepcionados al ver a su equipo humillado 4-0 por el Independiente Santa Fe y ante la impotencia del médico venezolano Richard Páez, quien en vez de buscar cómo salir a flote, en una actitud que se le conocía, se enfrentó al público.
Páez a estas alturas del campeonato, aún no atina en la escogencia del equipo titular, tiene dudas respecto a quienes le pueden hacer la tarea en defensa, en la que el uruguayo Ignacio Ithurralde no es eficaz, no es más que el venezolano Alejandro Cichero, quien en medio de sus limitaciones, era una ‘muralla’ en el juego aéreo. Insiste con Ithurralde, dejando en el banco a Oswaldo Henríquez quien le podría dar seguridad a la línea de atrás, en la que el arquero Nelson Ramos y Pedro Franco terminan siendo figuras, sin importar las derrotas.
“Millonarios del medio campo hacía arriba, es un equipo compacto, el desequilibrio está en la retaguardia, donde Ithurralde se cree un defensa-volante y los delanteros contrarios, caso de Jonathan Copete les hizo la fiesta durante el clásico, que parecía un partido de potrero: con dos equipos decididos a lo que fuera, sin tácticas definidas, valiéndose de sus individualidades para buscar los goles.
Más de uno considera que la ausencia de Rafael Robayo es la causante de la debacle de los azules, porque Jhonny Ramírez no hace lo mismo, o sea, ayudar en defensa, quitar el balón en la mitad del terreno e ir a buscar la anotación. Lo primero de lo que se deben convencer, es que Robayo solo hay uno, que es un mediocampista todo terreno y que ya no está. Ramírez lo hace bien, lo que sucede es que Richard Páez no ha encontrado el acompañante ideal de Pedro Franco, creando una desconfianza entre defensas y volantes.
Los zagueros no deben esperar que los mediocampistas les hagan la tarea de anticipar al rival. Los volantes ayudan a destruir, lo demás es responsabilidad de Ithurralde y Franco, al igual que de los laterales Lewis Ochoa y Luis Mosquera, a quienes no se les tendrá que olvidar que están para ganarle duelo a quienes les aparezca por sus franjas y que cuando van al ataque tienen que tener un veloz regreso, de lo contrario, el equipo se queda con dos defensas.
Lo que no se entiende es porqué Richard Páez avaló la contratación de dos defensores centrales extranjeros: Ignacio Ithurralde y del argentino Izequiel Brítez, cuando Oswaldo Henríquez espera la titularidad.
Algo similar pasa, pero con el delantero argentino Matías Urbano, que tampoco responde para lo que lo contrataron, para hacer goles. La nómina de Millonarios es competitiva. Sin embargo, quienes sacan la cara son pocos: Nelson Ramos, Pedro Franco, Luis Mosquera, Mayer Candelo, Omar Vásquez, Erich Moreno, Orlando Berrio y el señor del gol Humberto Osorio Botello, se salvan.
Hoy será la asamblea del club y además de la parte financiera de la institución, sobre la mesa estará el tema deportivo. La ‘Táctica-Páez’ está desgastada y si no mejora, después de los 90 minutos del fin de semana frente al Chicó podrían rodar cabezas, ya que los 10 puntos (puesto 13) lo tiene por fuera del baile.
Por los lados de Santa Fe, el angustioso éxito les trajo una leve tranquilidad. La holgada ganancia 4-0, hasta cuando Osorio Botello comenzó a desnudar las falencias defensivas de la escuadra que orienta Wilson Gutiérrez, quien soltó el equipo y los artilleros la metieron, terminando con la sequía de gol.
Después del 4-0, a Santa Fe se olvido algo que es sagrado en el fútbol, que los partidos son de 90 minutos y por poco Osorio Botello, con sus 3 dianas, le firma la boleta de salida a Gutiérrez, quien en vez de dar órdenes para administrar el triunfo, lo que hizo fue confundir a sus discípulos.
Santa Fe cierra el lote grande, es octavo con 12 unidades, pero el equipo no genera confianza, situación que mantiene en la cuerda floja a Wilson Gutiérrez, quien también se enreda a la hora de escoger los 11 titulares. La nómina de los rojiblancos es calificada y Gutiérrez debería aprovecharla más, el clásico le dejó que tiene un grupo para llegar lejos, con excepción del defensa argentino Martín Aguirre, a quien no utiliza ni como emergente.
En cambio, en el tercer club de Bogotá, reina la alegría: La Equidad, es cuarto en la tabla con 15 puntos. El equipo de Alexis García está asegurado para las semifinales, con una nómina en la que cada jugador suda la franela e interpreta el módulo del técnico.
Conclusión: a Millonarios y Santa Fe les falta técnico y a La Equidad le sobra.