La misión de la ONU en Siria seguirá suspendida ante la escalada de violencia, dijo este martes Herve Ladsous, el jefe de la misión ante el Consejo de Seguridad.

Ladsous aseguró en un encuentro a puertas cerradas que los civiles en ese país están en "peligro creciente" y que las "condiciones no son propicias para reanudar las operaciones", afirmaron diplomáticos a la prensa tras la reunión.

Los cerca de 300 observadores dejaron de monitorear la situación en el país el 16 de junio al recrudecerse los ataques de las fuerzas del régimen de Bashar al Asad contra la oposición.

Ladsous aseguró que la misión de la ONU seguía intentando ayudar a los trabajadores humanitarios en Siria, pero observó que el gobierno de ese país seguía interponiendo obstáculos como prohibir el uso de teléfonos satelitales.

Antes incluso de la suspensión de las patrullas, el régimen de Al Asad negó a la ONU el uso de helicópteros propios para trasladarse en el territorio.

Activistas sirios aseguran que más de 15.000 personas murieron en el conflicto que lleva 15 meses entre el régimen y la oposición.