Susana Villarán | El Nuevo Siglo
Miércoles, 7 de Noviembre de 2012

Es la alcaldesa de Lima, la capital del Perú, militó en el Partido Comunista Revolucionario y actualmente le hace frente a la revocatoria de su mandato propuesto por 450 mil ciudadanos, quienes consideran que ella no ha llenado las expectativas que la llevaron al primer empleo de la capital inca. Mientras tanto, en Bogotá, Distrito Capital de Colombia, el descontento con el alcalde mayor Gustavo Petro sigue en aumento por la incapacidad que se evidencia en sus primeros 11 meses de gestión.

 

El Paro Judicial. Próximo a cumplir un mes está el paro judicial, que tiene al país en coma inducido, con Medicina Legal en las mismas, toda vez que el Inpec ya está a punto de paralizar sus actividades, dejando al sistema carcelario manga por hombro, o sea redondeando la faena. Al mitin judicial se quieren sumar la DIAN y el SENA.

Recordemos que en los inicios de la administración del presidente Santos se presentó el paro camionero, cuyo pulso lo terminó perdiendo el Gobierno. Lo mismo pasó con el paro estudiantil, que enterró la cacareada reforma educativa. A  esto le sumamos la ‘Operación tortuga’ de los controladores que tuvieron al país incomunicado por varios días.

 

Vuelve el sindicalismo. Sin ministro obrero, el país está por estas calendas en manos de los sindicatos, como ocurrió otrora con los Ferrocarriles Nacionales, Foncolpuertos, el poderoso sindicato petrolero  de la USO, que en la administración Santos revive y de qué manera. ¿Será que volvemos por esas épocas, cuando se  dirigía el país desde las grandes centrales obreras como  la UTC y la CTC; la educación la manipulaban desde Fecode con los cerebros de los paros estudiantiles, desde su propio magisterio; la salud en manos de Asmedas, cuando en el gobierno de López Michelsen se paralizó el sistema con el ISS a la cabeza; recordemos el sindicato de Telecom, que mantenía en vilo nuestras comunicaciones. Pero la tapa del congolo es la Justicia en paro. Apoyemos en dos refranes bien populares para redondear la idea: si la sal se corrompe, apague y vámonos.

 

Los viejos líderes. En los tiempos del Mandato Claro del presidente López fue secuestrado y asesinado en cautiverio, por guerrilleros del M-19, el líder sindical José Raquel Mercado, presidente vitalicio de la CTC, la confederación obrera de una línea política diferente a la de la UTC, que comandaba Tulio Cuevas.

El médico Carlos Toledo Plata, uno de los cabecillas de la insurgencia autora del plagio de Mercado, fue quien telefoneó en la madrugada del lunes 20 de abril, un día después de la elecciones parlamentarias, para anunciarles a los periodistas de la cadenaRCN (dirigidos por Orlando Cadavid)  que podían encontrar el cadáver, envuelto en una cobija, en la glorieta situada al frente del Club de empleados Oficiales. Al reportero Harvey Ocampo le tocó el macabro encargo de identificar al occiso y soplar la gran chiva en aquella gélida madrugada bogotana.