Surfear en la ciudad | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Mayo de 2016

Por Catherine Nieto Morantes

Periodista EL NUEVO SIGLO

CRÓNICA. Aventurarse en un viaje a 35 kilómetros por hora, el cual permite sentir el viento en el rostro y la adrenalina propia del surf, pero en medio de la ciudad, hoy es posible gracias a Crystian Hoyos Vera, un bogotano, diseñador industrial de la Universidad Nacional, quien creó una patineta  quepretende dar respuesta a los problemas de movilidad que afronta la capital del país.

 

El joven creador de 27 años conversó con EL NUEVO SIGLO, sobre este proyecto que aporta positivamente en varios aspectos a los capitalinos, “la idea de monopatín eléctrico surgió como un planteamiento alternativo a la problemática de movilidad, que le permitiera a la gente desplazamientos normales, trayectos naturales, descongestionando la malla vial y el estrés vial”.

 

“La gente le tiene cansancio a la ciudad, la cultura ciudadana en relación a la movilidad perjudica el bienestar de la gente”, cuenta el creador de BIGA Kando, un elemento que puede utilizarse entre niños, jóvenes y hasta adultos mayores para escapar del caos vehicular.

 

Surfear al interior de la ciudad

En medio del proceso para realizar esta alternativa de movilidad, Crystian encontró un concepto muy interesante llamadoKando, que es una expresión japonesa que no tiene traducción al español, por eso se puso de manera literal, su significado es una experiencia que excita a los sentidos de forma positiva e inspiradora, por ello el fondo de crear el vehículo era generar Kando, una experiencia gratificante, emocionante, divertida e inspiradora, al mismo tiempo que permitía un desplazamiento nacional.

 

Debido a esta propuesta, no es necesario el desplazamiento del bogotano hasta el mar para surfear, pues la gustosa experiencia puede realizarse a diario sobre el cemento, en medio de la cotidianidad del trabajo o estudio o por qué no, en un día de descanso. “Esta idea de surfiar en medio de la ciudad era el que le daba el sentido Kando al diseño, es decir belleza y placer al mismo tiempo”, destaca el diseñador.

 

BIGA permite al usuario ir erguido recibiendo el viento sobre la piel, inmerso en un movimiento silencioso, intuitivo y fluido. Alimentando la sensación de calma, generando así el preámbulo perfecto para la concentración y el kando.

 

“El planteamiento nacía de la necesidad de crear un vehículo que respondiera a los problemas prácticos y que fuera un vehículo que generara buenos sentimientos y buenas experiencias, es decir experiencias divertidas, lejanas al estrés cotidiano que es negativo”, resalta Hoyos.

Con extensos trasnochos y largas horas de trabajo, Hoyos tardó cerca de 7 meses entre planteamientos, investigación y ejecución del BIGA Kando, el cuál fue financiado por la Universidad Nacional y apoyado por su director de trabajo de grado, Pablo Abril, con quienes desarrolló parámetros para el producto tales como antropometría, biomecánica y ergonomía, además de seguridad y confiabilidad para las personas.

 

Pero esta propuesta no solamente aporta a la movilidad de la ciudad, también se destaca como un producto responsable con el medio ambiente, ya que mitiga los niveles de contaminación. “Otra variable es que tiene energía renovable para mitigar el impacto ambiental, me volqué por las energías eléctricas, segundo por medios de producción locales y está elaborada con materiales de fácil reciclaje y los que no, de origen orgánico,  es decir biodegradables”. 

 

Por eso, BIGA se perfila como un medio de transporte idóneo, si se tiene en cuenta que el tiempo promedio de los viajes en bicicleta y taxi es de 25 minutos, carro particular, 36; transporte público tradicional, 56 minutos; Transmilenio, 47; y en moto, media hora.

 

Precisamente, en Bogotá, en un carro viajan 1,3 personas promedio, y consumen la misma energía con la cual podrían desplazarse 18 personas. La relación de masa entre el automóvil y la persona es desproporcionada, si se tiene en cuenta que un adulto promedio pesa 70 kilos, y un automóvil, en promedio, 1.300 kilos.

 

Estas profundas investigaciones fueron tomadas de distintas fuentes con el fin de aterrizar el proyecto a lo real, como verdadera solución a tantas problemáticas en materia de movilidad, ambiente y el estrés que esto genera. Así mismo, fue un proyecto madurado que venía de otros experimentos que Hoyos había realizado sobre monopatines eléctricos, ya que había estado en un observatorio de movilidad.

 

“De ese tipo de data hay gran cantidad de investigación, por ejemplo el observatorio de movilidad de Bogotá tiene investigaciones en relación a los tiempos de desplazamiento según la tipología del vehículo de ahí saqué parte de esa información. Otra fuente importante es Invías, que tiene también data significativa en relación al consumo energético, económico, investigaciones del DANE, en relación a cuánto le cuesta a una persona en promedio temas de movilidad. Esto obviamente no está dentro del tema de canasta familiar, no está encobijado por ninguna de sus arcas, sin embargo hacen investigaciones de cuánto en promedio gasta una persona en temas de movilidad y pensándolo desde el punto de vista netamente económico, soluciones como el BIGA también como las bicicletas eléctricas es la panacea porque literalmente es muy barato, es muy barato moverse de manera eléctrica”, afirma el bogotano.

 

Según sus pesquisas, en Bogotá 2 de cada 10 personas no saben montar en bicicleta, “no saben porque no aprendieron y les da miedo aprender por la edad u otra razón, por otro lado las personas no montan en bicicleta por temas de edad o de complicaciones músculo-esqueléticas porque tengan problemas en las piernas, columna o cadera, por lo que el diseño universal implica que la mayoría de personas lo puedan usar, se pueden variar alturas del manubrio”.

 

Hay una gran megatendencia en movilidad de vehículos que se denominan MMSS ((micro mobility smart solution), que son vehículos con soluciones de movilidad inteligente en escala pequeña, es decir esta tipología de vehículos acá en Colombia es relativamente escasa, “se conoce un carrito que sacó Renault o la bicicleta eléctrica, pero en otras economías más desarrolladas hay vehículos eléctricos de gran diversidad y patinetas eléctricas, hay por lo menos unas 8 empresas en el mundo que plantean esta tipología de vehículo”, es decir que esta creación que hoy se da en Bogotá, puede tomar fuerza y no solo solucionar los propios tropiezos vehiculares de la ciudad, sino del resto del país.