Por: Pablo Uribe Ruan
Un River-Boca siempre es especial. Más allá de la actualidad futbolística, que por cierto es muy regular, y un clima denso tras la prohibición de la entrada de hinchas de Boca al Monumental, el superclásico argentino es uno de los partidos más llamativos en el mundo.
Especial, además, para el espectador colombiano, que en los últimos 15 años ha visto jugadores nacionales disputar el superclásico. Protagonistas, abucheados o a hombros, los colombianos se han encargado de meterle “picante” al derby argentino. Los goles de Ángel en el 99 o Falcao en el 2007, o el “Patrón” Bermúdez, que con un cabezazo hizo explotar a la Bombonera, son parte del tinte colombiano.
Pero el protagonismo no sólo ha sido por goles. Cómo olvidar el túnel de Riquelme a Yepes por Copa Libertadores, o la patada del “Chicho” Serna a Pablito Aimar; éste venía con una molestia que era manejada confidencialmente en River, un periodista de Boca un día antes le cuenta al Chicho y el paisa le mete una patada al primer minuto: ¡lo dejó quieto todo el partido, quieto!
Hoy día es difícil imaginarse el fútbol argentino sin colombianos. Los de acá siguen siendo los protagonistas de las primeras páginas y se han convertido en ídolos, especialmente entre “Xeneizes” y “Millonarios”.
Esta vez los colombianos vuelven a estar presentes por los lados millonarios. Teo, Carbonero y el gran Álvarez Balanta, porque sí lo es, con 19 años ya es ídolo, protagonizarán un nuevo superclásico.
Favorito, no hay. Igual los favoritismos poco importan en un partido de esta clase. Boca es cuarto, River quinto. Ambos vienen en alza dirigidos por dos grandes, Ramón Díaz y Carlos Bianchi. Con tanta historia y semejantes técnicos, el superclásico del domingo con colombianos incluidos es imperdible.
Le haré fuerza al equipo de Ramón por los tres de casa.