Sudamericana: Liga de Quito a la final tras ganarle 1-0 a Vélez | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Noviembre de 2011

El ecuatoriano Liga de Quito se clasificó para la final de la Copa Sudamericana-2011 al ganarle 1-0 como visitante el argentino Vélez Sarsfield, en partido de vuelta de semifinales jugado la noche del martes en el estadio José Amalfitani, en Buenos Aires.

Hernán Barcos (48) marcó el gol para el triunfo de la Liga de Quito, que ratificó el pase a la final con un resultado global de 3-0, ya que había ganado 2-0 en la ida en la capital ecuatoriana.


En la final, la Liga de Quito se enfrentará con el ganador de la serie entre la Universidad de Chile y el brasileño Vasco da Gama, que definirán su llave el miércoles en Santiago tras igualar 1-1 en la ida en Rio de Janeiro.
Con la necesidad de imponerse por más de dos goles para dar vuelta la historia, Vélez intentó pegar de entrada para achicar rápido la diferencia y antes de los diez minutos tuvo un par de buenas situaciones, pero el arquero ecuatoriano Alexander Domínguez se lució ante un zurdazo de Cubero y un tiro libre de Canteros que buscaba colarse por un ángulo.
Aun sin ser descollante, Vélez dominaba el trámite, con un buen trabajo de contención en el medio, al tiempo que la Liga elegía refugiarse más retrasada de lo esperado.


Domínguez, ya convertido en la gran figura de la noche, volvió a salvar su valla ante una llegada de Franco con una estirada a puro reflejo, y casi en el final el espigado arquero debió arquearse para desviar con brazo cruzado un bombazo de Canteros.
En toda esa primera mitad, la Liga sólo escapó de su asedio sobre el final y desnudó cierta inseguridad en la zaga local con un centro que encontró solo a Barcos, pero el delantero argentino desvió su cabezazo desde excelente posición.


Vélez no tomó nota de esa alarma y en el comienzo de la segunda mitad la Liga facturó al máximo una escalada por la derecha de Reasco, que envió el centro y, tras un despeje fallido, Barcos dominó el balón y venció a Barovero con un derechazo cruzado.
Quedaba todavía un largo rato por delante, pero ese gol de Barcos, autor de los tres tantos de la Liga en esta serie, liquidaba por completo la semifinal, porque Vélez, en ese momento, se veía forzado a anotar cuatro goles para torcer una llave que se le había vuelto demasiado adversa.


Sin claridad en las llegadas, sin respaldo anímico, Vélez se resignó lentamente a su suerte, y aunque intentó hasta el final, no encontró la manera de vulnerar a un Domínguez que se mostró inexpugnable.
Con resistencia y oportunismo, el conjunto ecuatoriano volvió a demostrar su capacidad para manejar esta clase de compromisos, ratificó su serie positiva ante equipos argentinos, y tras dejar afuera a un muy duro rival buscará consagrarse campeón de la Sudamericana por segunda vez, luego de ganar en 2009.
AFP