Sudáfrica esperaba que lo peor en el conflicto social, en ocasiones violento, que sacude a su sector minero desde agosto quede definitivamente atrás con la firma de un acuerdo salarial entre los trabajadores de las minas de oro y la patronal.
"Hay una clara mejora. Más de la mitad de los trabajadores de las minas de oro han reanudado el trabajo" y "lo peor ya pasó" en este sector, indicó Lesiba Seshoka, portavoz del Sindicato Nacional de Mineros (NUM) mientras sus dirigentes estaban firmando el acuerdo en la Cámara de Minas (patronal).
Desde mediados de septiembre, el NUM intenta a duras penas retomar el control en este movimiento de huelgas ilegales que se les escapó por completo y se acompañó de ajustes de cuentas mortales y enfrentamientos con la policía que dejaron unos sesenta muertos en tres meses.
El acuerdo firmado el jueves, de aplicación inmediata, aumenta los salarios de los trabajadores de las minas de oro gracias a una remodelación del sistema con categorías mejor pagadas, creando primas y partiendo de un sueldo base más ventajoso.
Un trabajador en las minas de en Sudáfrica en lo más bajo de la escala ganará ahora unos 5.000 rands (573 euros o 442 euros), aproximadamente el doble del salario medio nacional.
Estos ajustes se suman a los tradicionales aumentos anuales del pasado 1 de julio. El aumento de salario acumulado logrado para 2012 en las minas de oro oscila entre el 11% y el 20,8%, subrayó el NUM.
El sindicato había sido criticado por su falta de combatividad y sus relaciones con la patronal y el Congreso Nacional Africano, el partido en el poder.
El desafío a la autoridad del NUM estuvo en el origen de la violencia en Marikana (norte), la mina de platino del grupo británico Lonmin, en la que murieron tiroteados por la policía 34 huelguistas el 16 de agosto.
Las minas de oro han sido relativamente ajenas a la violencia, a diferencia del sector del platino, donde la huelga se alarga en el caso de Amplat, el primer productor mundial y filial del gigante anglo-sudafricano Anglo American.
Tras un primer intento de diálogo, las compañías mineras acabaron agitando una tras otra la amenaza de echar a los huelguistas y lograron poco a poco la vuelta al trabajo. El último en lograrlo fue Harmony, quinto productor mundial, que el jueves consiguió que la mayoría de los 5.400 huelguistas volvieran a la mina.
Quedan sin embargo focos importantes de huelguistas, entre ellos los trabajadores de Gold Fields, cuarto grupo mundial, cuyas instalaciones de KDC East siguen paralizadas.
"Este acuerdo aporta un alivio al menos temporal", estima Daniel Silke, un consultor económico, que no descarta otros disturbios sociales en el futuro, y no sólo en el sector minero.
Los recientes acuerdos firmados en las minas de oro o con los camioneros pueden motivar a otros empleados a convocar huelgas, según el analista. Pero, según él, "hay actualmente una enorme presión política para poner fin a los disturbios sociales".
El coste de las huelgas para la industria minera está de momento evaluada en 900 millones de euros por la Cámara de Minas.
El movimiento contribuyó a desacelerar la actividad nacional, penalizada ya por la desaceleración mundial.
Como consecuencia, el crecimiento de Sudáfrica podría caer hasta el 2,5% en 2012, frente al 2,7% previsto anteriormente, indicó el jueves el ministro de Finanzas, Pravin Gordhan.