En el Concejo de Bogotá se generaron críticas al Sistema Integrado de Transporte Público, que comenzaría a funcionar próximamente.
Algunos cabildantes se mostraron preocupados porque, según ellos, a escasos días de la entrada en funcionamiento del sistema aun no hay claridad sobre temas relacionados con aspectos como el recaudo, pasajes, paraderos e infraestructura, entre otros mencionados.
Al respecto, el concejar Orlando Parada dijo que “es de conocimiento la mezcla perniciosa de decisiones políticas con cronogramas técnicos que ha retrasado el proceso de implementación de un sistema como Transmilenio, originariamente planeado para rondar hoy los 260 kilómetros, y que tan sólo está operando los 84 con que contaba hace ya seis años. A veces las discusiones políticas, cuando se creen técnicas, desdibujan los propósitos originarios de quienes tras extensos estudios desarrollan proyectos de largo aliento para la ciudad. Por eso, hoy estamos ante el riesgo más grande para la movilidad de Bogotá y es que unos errores en el proceso de implementación del SITP por parte de todos los agentes involucrados, puede constituir un golpe irreparable para un proyecto tan necesario para Bogotá, como es la integración y organización de los sistemas de transporte”.
“A esta altura, muy seguramente la administración dará explicaciones de micrófono, y usará su muletilla favorita: implementación gradual, para justificar desde ya, lo que será un servicio mediocre, riesgoso y que traerá altos costos sociales, desgaste administrativo y un sin número de situaciones aún no predecibles”, agregó.