Ante los cuestionamientos del Contralor de Bogotá, Diego Ardila en torno a que no debería iniciar el junio el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) porque esta desarticulado, el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, indicó que la entrada en circulación de Transmilenio por las troncales de la Calle 26 y la Carrera Decima, se da inicio gradualmente al revolcón en el transporte público.
En este sentido, el mandatario recordó que a partir de junio la Administración Distrital tiene 18 meses de plazo para garantizar la operación del SITP en toda la ciudad. “El nuevo modelo de transporte tendrá un periodo de 18 meses hasta lograr la cobertura total en la ciudad, en ese camino nosotros estamos viendo cómo opera, y con qué tipo de tarifa”.
Entonces, mientras para enero de 2014 estará en plena operatividad el SITP, en estos 18 meses servirá para garantizar el proceso de un nuevo transporte multimodal, integrado, subsidiado, y de carácter mixto.
El mandatario explicó que las troncales de la Fase III de Transmilenio no han iniciado operación por el tema del recaudo sino hasta junio. “En esta fecha la empresa tiene plazo para garantizar el recaudo de las estaciones por eso la fecha de inicio del Sistema de Transporte, si no hay un incumplimiento del contrato. Hace 15 días se hizo el cierre financiero y no hay ningún tipo de problema. Había un conflicto con la fase uno y dos con el recaudador pero a la fecha ha sido parcialmente solucionado”, manifestó el Alcalde Mayor de Bogotá.
En este contexto durante una hora, el alcalde Mayor de Bogotá presentó ante estudiantes y expertos en movilidad, las propuestas que en la materia se implementarán durante los próximos cuatro años para mejorar la manera como se transportan los bogotanos por la ciudad.
Inicialmente, el mandatario capitalino reveló que se parte de la premisa de que las ciudades del mundo avanzan en movilidad, desestimulando el uso del vehículo particular e impulsando el uso del transporte público, con campañas e incentivos a los ciudadanos, sin prohibir el uso del carro y motivando la autorregulación de los propietarios.
“Proponemos un sistema de cobros por congestión por horas o por zonas, como lo ordena el Plan Nacional de Desarrollo. Un esquema flexible que permite un mayor uso y eficiencia de vías. Una vez reglamentado por la Nación, lo aplicaremos de manera inmediata. Otro acto de amor con la ciudad, es el uso del carro compartido, que bajaría hasta en un 60 por ciento la congestión vehicular”, sostuvo el burgomaestre.
Petro informó que el ingreso anual (desde el 2006) de 100 mil vehículos, duplica el parque automotor actual y lleva a una presión, por parte de los propietarios de los vehículos, a construir más vías, con la falsa premisa de que con ellas se descongestiona el tráfico vehicular.
El Alcalde enfatizó que el sistema actual de transporte está acabando con la vida de niños y ancianos, debido a los altos niveles de accidentalidad y de enfermedades cardiorrespiratorias. Reiteró que el cambio del modelo de transporte debe tener en cuenta la peatonalización de zonas de la ciudad, esquema acogido por grandes ciudades en el mundo.
“Decidimos cambiar el concepto de crear una red de ciclorrutas no construidas sobre un andén, sino pintadas en las vías para ofrecer la posibilidad de llegar a un destino (universidades, colegios, trabajos, campos deportivos, etc.), lo que permitiría duplicar el uso de las ciclorrutas existentes con mayor número de usuarios de bicicletas.
Con cifras, Petro Urrego manifestó que el sistema Transmilenio (TM) presenta un atraso en infraestructura de seis años y que transporta ocho pasajeros por metro cuadrado de manera deshumanizada, razón por la cual es importante ampliar la red de TM, construyendo las troncales Avenida 68 y Boyacá e interconectarlas entre sí.
El mandatario ratificó la imperiosa necesidad de construir la red metro, que transportaría a cuatro pasajeros por metro cuadrado como lo mandan lo estándares internacionales. Esta no contaminaría el aire al ser impulsada por energía eléctrica, tampoco alteraría el urbanismo de la ciudad al no ocupar grandes espacios y sí conectaría a Bogotá con la región capital, lo que traería innumerables ventajas en dinamización de la economía y bienestar ciudadano.