No tienen reglas, decretos o normas escritas pero tanto pasajeros como conductores de transporte público tienen un pacto silencioso que se cumple mejor que los planes de movilidad elaborados por expertos. Es la rebaja en horas valle de los pasajes de transporte público en Bogotá, principalmente, para los estudiantes.
“Mijo, me lleva por 1.000”, le dice un estudiante del Colegio Externado Camilo Torres al conductor de la buseta que tiene como destino Suba Rincón en la esquina de la Carrera Séptima con calle 32 a eso de las 11:30 de la mañana. El profesional del volante que le faltan dos horas de recorrido, con tan solo mover la cabeza en forma afirmativa y abrir de inmediato la puerta trasera del automotor, el menos se sube raudo y feliz, pasa rápido por el pasillo hasta llegar a la registradora donde le entrega las monedas. “Gracias, parcero”.
Pocas cuadras después, tres universitarios le hacen la seña con un dedo al conductor que significa mil pesos por cada uno. Frena, abre la puerta trasera y los estudiantes se suben. Las risas los hacen vistosos ante unos seis pasajeros que lleva la buseta. Don Jaime, conductor del automotor, quien pidió guardar su identidad, explicó para EL NUEVO SIGLO, la rebaja en las tarifas y el pacto silencioso.
Esta práctica no es nueva. Se podría afirmar que es legendaria porque, además que los habitantes de la capital del país tienen que asignar cerca de un 20 por ciento de los ingresos para movilizarse, los conductores del transporte público tienen un contrato con el dueño del automotor sin ninguna prestación y muchos menos seguridad social porque trabajan aldestajo, es decir, ganan un porcentaje de acuerdo a los pasajeros que pasan por la registradora.
Debido al ingreso progresivo del nuevo Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp), donde los conductores tiene contratos, seguridad social, pasaderos exactos, no reciben dinero, entre otros cambios, los usuarios deberán comprar y recargar la tarjeta Tullave para ingresar a los buses.
Estos dos cambios fundamentales en la cultura para movilizarse de los seis millones de usuarios del transporte público en Bogotá, acabaría el ‘pasaje’ de mil pesos que tienen ‘pactado’ ciertos sectores para aliviar la canasta familiar. Esta ‘solidaridad’ entre personas sin recursos y el conductor mal pago, no es fruto de un subsidio estatal o una tarifa diferencial.
El secretario Distrital de Movilidad, Rafael Rodríguez, le confirmó a EL NUEVO SIGLO que esa práctica se estaría terminando con el Sitp cuando quede funcionando en un 100 por ciento. Según el nuevo cronograma la total implementación estaría después del primer trimestre del próximo año.
Como se acabará la guerra del centavo, el desorden para abordar o salir de los buses, la administración estudia las fórmulas para legalizar el pasaje de mil pesos de hoy debido al hueco en la canasta familiar del próximo año, principalmente el descuento favorecerá a la personas de escasos recursos.
Entonces, la Secretaría de Movilidad y Transmilenio terminan los últimos estudios y detalles para reducir a 1.000 pesos la tarifa de transporte público para los afiliados al Sisben anunció el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro. “En hora valle no será de 1.400, sino de una cifra aproximada a 1.000 pesos y de manera integrada, es decir no sólo para un medio de transporte sino para varios, de manera conjunta. Queremos eliminar la segregación en la movilidad de Bogotá”, indicó el alcalde Petro.
Subsidio
A su turno, el concejal Celio Nieves, del Polo Democrático, quien ha promovido la creación de subsidios para el transporte desde hace más de seis años, se mostró complacido porque la administración mediante decreto creo el subsidio en el transporte público urbano para las personas con discapacidad.
Desde este año cerca de 190.000 personas se benefician con este subsidio que inicialmente corresponde al 15 por ciento del valor de la tarifa que se aplique en el transporte público.
Nieves aseguró que la decisión representa un avance de la política pública en lo social porque es un sector poblacional que es desatendido en sus derechos constitucionales y legales. "Ya quedóestablecida la tarifa diferencial para los adultos mayores y las personas en condición de discapacidad y sólo nos faltan los estudiantes para dar cumplimiento a lo dispuesto en la Ley 105 de 1993; por esta razón, insistiremos en el cabildo con la radicación del proyecto de acuerdo que pretende el mismo beneficio para los estudiantes desde el preescolar hasta la universidad", puntualizó Nieves.
En este sentido, desde el pasado 8 de enero esta ante el concejo el proyecto de acuerdo 002 de 2013 que establece una tarifa diferencial en el transporte público para estudiantes de establecimientos educativos del Distrito Capital.
La iniciativa tiene por objeto garantizar dentro de la operación del Sitp, una tarifa diferencial en el costo del pasaje para los estudiantes de las instituciones educativas distritales (IED), de colegios en concesión y de colegios privados en convenio con la Secretaria de Educación Distrital, matriculados en los niveles: preescolar, básica y media, y de los estudiantes de instituciones de educación técnica, tecnológica y universitaria de origen oficial con sede en Bogotá.
En la propuesta para implementarla en el Sitp, una tarifa diferencial en beneficio de los estudiantes, con un valor máximo equivalente a 70 por ciento de la tarifa ordinaria.
Si el Concejo aprueba el proyecto de la tarifa diferencial para estudiantes y los afiliados al Sisben reciben subsidio la práctica de rebajar las tarifas de transporte entre conductor y usuario será historia patria.
De diesel a electricidad no aumentan tarifas
En la presentación del nuevo Plan de Ascenso Tecnológico, el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, aseguró que la ciudad se va poner a la vanguardia de transportes con tecnologías limpias que inicia con la operación de buses padrones por la carrera Séptima.
El burgomaestre sostuvo que este plan incluye cuatro líneas de acción entre las que se encuentra convertir a la ciudad en un laboratorio y banco de pruebas para nuevas tecnologías de transporte.
"Hacer de Bogotá una escuela piloto de nuevas tecnologías eléctricas en transporte para toda América Latina desde aquí hacia afuera. Así como exportamos el BRT como un modelo fortalecido, ahora vamos a exportar cómo el sistema de transporte público se adapta y nos ayuda a mitigar el cambio climático", indicó Petro.
También señaló que este mercado de buses con energías limpias se puede convertir en una oportunidad de negocio ya que en Latinoamérica es donde se encuentra la mayor cantidad de agua que puede convertirse en electricidad y contribuir al desarrollo de la industria de modos eléctricos.
"El agua es la energía más barata del planeta, por esto debemos transformar todas las máquinas que llamamos, buses, carros y demás instrumentos de movilidad a una energía eléctrica a través del agua que además es renovable", dijo el alcalde Petro.
Esta iniciativa busca mejorar la calidad del aire y reducir los impactos en la salud pública debido a la contaminación atmosférica mediante la sustitución progresiva de las tecnologías tradicionales.
Otras líneas de acción consisten en el 'corredor verde' de la carrera Décima y Séptima que ya inició su operación con 200 buses, además del ascenso tanto del componente zonal como el troncal de la ciudad.
Este ascenso tecnológico de estos dos componentes consiste en remplazar los buses que están cumpliendo su vida útil por transporte amigable con el ambiente como eléctricos o híbridos.
El mandatario aseguró que la apuesta con este plan es lograr poner en operación más o menos 1.500 buses del Sistema Integrado de Transporte (SITP) que revolucionen la forma como se mueve la ciudad.
Así mismo, 25 rutas pioneras que quedarán definidas para nuevas tecnologías que constituyen 790 buses.
"Bogotá entra en la corriente del nuevo paradigma que se construye por reacción, es la reacción de la humanidad de defenderse del peor peligro que la puede extinguir , el cambio climático que la misma humanidad produjo con los procesos productivos y el exceso de consumo", dijo el burgomaestre.
De igual forma destacó que se articula la política crediticia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que podrá ser utilizada por los operadores para bajar la tasa de interés y lograr que el costo del vehículo no aumente de manera marginal en el cambio de los motores Diesel a la electrificación.
"Este cambio no va afectar la tarifa del usuario y va convertir a Bogotá en un ejemplo mundial de cómo se defiende a la humanidad cuidando el medio ambiente", puntualizó.