Mientras se intensificaba el conflicto armado en Homs, donde se registran hoy 34 muertos, Estados Unidos decidió presionar al régimen sirio cerrando su embajada en Damasco.
Tras el veto que Rusia y China dieron a la resolución condenatoria contra Siria y que contemplaba la exigencia de que el presidente Bashar Al Asad dejara el poder, la comunidad internacional comenzó a presionar con medidas diplomáticas.
A la orden del mandatario norteamericano Barack Obama, de cerrar su representación diplomática aduciendo motivos de seguridad, se sumó la del gobierno británico que llamó a consultas a su embajador en Damasco.
Obama aseguró sin embargo que seguía apostando a una solución diplomática en Siria, donde se ha pasado de una rebelión popular a un conflicto armado, que a diario cobra decenas de vidas.