Sigue la búsqueda de monja colombiana secuestrada en Malí | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 9 de Febrero de 2017
Redacción Web con AFP

Las operaciones de búsqueda de la religiosa colombiana secuestrada el martes por presuntos yihadistas en el sur de Malí continuaban este jueves en ese país y en el vecino Burkina Faso, indicó el ministro malí de Seguridad a la AFP.

"La búsqueda continúa. Tenemos hombres en el terreno que participan en las operaciones para encontrar a la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez Argoti", afirmó a la AFP un responsable en el ministerio malí de Seguridad.

"También hemos alertado a las autoridades de Burkina Faso que llevan a cabo su propia búsqueda porque el grupo [que cometió el rapto] tomó la dirección de la frontera" de ese país, agregó.

Tras el secuestro, los asaltantes y la rehén tomaron la dirección de Burkina Faso, afirmaron el miércoles a la AFP fuentes de seguridad de ambos países.

Gloria Cecilia Narváez Argoti, de 56 años, monja de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada de Colombia, fue secuestrada la noche del martes por presuntos yihadistas cerca de la localidad de Koutiala, a 400 kilómetros al este de la capital Bamako, según fuentes concordantes.

Trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso.

"Estamos muy preocupados", afirmó a la AFP el abad Edmond Dembélé, secretario general de la Conferencia Episcopal de Malí, tras haber hablado por la mañana con el obispo de la región donde se produjo el secuestro.

"Las zonas fronterizas [con Burkina Faso] son extensas y a veces están deshabitadas, por lo que son propicias a los escondites. Es el caso de la dirección que tomaron los secuestradores", agregó el abad Dembelé.

El secuestro no ha sido reivindicado hasta este jueves. Los autores fueron "cuatro hombres" que "gritaron que eran yihadistas", según una fuente de seguridad malí.

Dos sospechosos de nacionalidad malí fueron detenidos el miércoles en conexión con este caso, indicó otra fuente de seguridad en Koutiala.

El sur de Malí, donde fue secuestrada la religiosa colombiana, ha sido escenario de ataques yihadistas en las fronteras con Costa de Marfil y Burkina Faso, al igual que el norte y el centro del país.