Bajo la tesis de que “hay que terminar la tarea”, el presidente Juan Manuel Santos acaba de anunciarle al país que el próximo lunes oficializará ante la Registraduría su intención de buscar la reelección en los comicios del próximo año.
En alocución radio-televisada, el Jefe de Estado hizo un balance de los principales logros de su gobierno en materia económica, social, de seguridad y superación del conflicto, ponderando los resultados en cada sector pero también advirtiendo que hay tareas pendientes que deben ser culminadas.
“… Cuando se ve la luz al final del túnel, no se da marcha atrás. ¡Y no vamos a hacerlo! No podemos quedarnos en la mitad del camino”, precisó Santos.
El ahora Presidente-candidato hizo una defensa enfática del proceso de paz y dijo que aunque esperaba que la negociación avanzara más rápido, se han logrado acuerdos importantes, que deben concretarse porque la paz es el bien supremo para Colombia.
Texto completo de la alocución del presidente Santos:
Colombianos:
Hoy quiero anunciarles que el próximo lunes 25 de noviembre, como lo establece la ley, radicaré ante la Registraduría la carta en la que protocolizo mi interés en ser candidato a la Presidencia para el periodo 2014-2018.
Lo hago porque estoy convencido de que hemos avanzado lo suficiente y que –por fin– es posible llegar a ese futuro de prosperidad y de paz que merecemos todos los colombianos.
Lo hago porque cuando se ve la luz al final del túnel, no se da marcha atrás. ¡Y no vamos a hacerlo!
No podemos quedarnos en la mitad del camino.
Tenemos que TERMINAR LA TAREA que entre todos hemos comenzado.
Ustedes me eligieron para crear empleo. Hemos cumplido.
Superamos la meta de crear más de 2 millones de puestos de trabajo, más que cualquier otro país de América Latina.
Pero aún queda un número similar de desempleados, de compatriotas que buscan trabajo y no lo encuentran.
¡Por ellos, por los que aún no tienen un trabajo digno, tenemos que continuar PARA TERMINAR LA TAREA!
Ustedes me eligieron para reducir la pobreza y la desigualdad. Hemos cumplido.
Sacamos a millones de personas de la pobreza.
Por primera vez se comenzaron a cerrar las brechas entre los que más tienen y los que menos tienen.
Gracias a esto, salimos de ese vergonzoso puesto de ser uno de los países con mayor desigualdad y pobreza de la región.
Pero somos muy conscientes de que todavía uno de cada tres colombianos es pobre, y uno de cada diez vive en la pobreza extrema.
¡Demasiados! ¡Inaceptable!
Y no son sólo estadísticas, no son solo cifras.
Son personas, son colombianos de carne y hueso que necesitan que sigamos trabajando.
¡Por ellos –sobre todo por ellos, por los más pobres de Colombia– tenemos que continuar PARA TERMINAR LA TAREA!
Ustedes me eligieron para fortalecer los resultados que habíamos logrado en materia de seguridad.
Hemos cumplido. Hemos dado los golpes más contundentes en la historia a las guerrillas y a las bandas criminales.
Esa es la verdad.
Los homicidios, los secuestros y otros delitos siguen bajando.
Pero sé que todavía falta mucho. El atraco, la extorsión y el microtráfico se han convertido ahora en nuestra prioridad.
El crimen se transforma y nos exige perseverar para lograr la TOTAL SEGURIDAD.
¡Por eso tenemos que continuar PARA TERMINAR LA TAREA!
Ustedes me eligieron para mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los colombianos. Hemos cumplido.
Estamos entregando viviendas gratis a los más necesitados.
Estamos llevando agua, luz y gas a millones de hogares por primera vez.
Por fin todos los niños y jóvenes del grado cero al grado once en los colegios públicos tienen educación gratuita.
Hoy hay más colombianos con acceso a la salud, con planes de beneficios que incluyen más servicios, y comenzamos a bajar el precio de los medicamentos.
Destinamos más recursos que nunca para la construcción de las grandes autopistas, las vías y la conectividad a internet que tanta falta le hacían al país.
Ahora tenemos que continuar.
Tenemos que dar vivienda a muchos más colombianos que todavía no tienen.
Tenemos que seguir mejorando la calidad de la educación de nuestros hijos.
Tenemos que lograr una justicia pronta y cumplida para todos.
Tenemos que asegurarnos de que esas carreteras y vías, y esas conexiones a internet, se ejecuten y se sigan entregando efectivamente a los colombianos.
TENEMOS QUE CONTINUAR PARA TERMINAR LA TAREA.
He querido acertar, he cometido también errores –que reconozco y asumo–, he tenido frustraciones.
Estoy lejos, muy lejos, de ser perfecto y mucho menos lo pretendo.
Todavía nos quedan grandes desafíos, pero estoy convencido de que la forma de enfrentarlos NO ES SOLO A SANGRE Y FUEGO.
Creo que los colombianos nos podemos poner de acuerdo sobre cuál es el país que queremos.
Por eso dialogamos, por eso concertamos.
Hace siete años los colombianos dimos la oportunidad a mi antecesor de consolidar unas políticas de seguridad que resultaron exitosas y que hemos seguido fortaleciendo.
Porque las grandes transformaciones no se logran en poco tiempo.
Hoy yo quiero esa misma oportunidad para consolidar la paz y la prosperidad para el país.
Y sé que TODOS queremos la paz.
LOS COLOMBIANOS QUEREMOS LA PAZ.
Un presidente que rechace la opción de hacer la paz no solo sería irresponsable sino que estaría violando el mandato de la Constitución y del pueblo.
Optar por más años de violencia, más víctimas, más dolor para miles de colombianos, es una alternativa inaceptable.
Ningún presidente en el futuro le debería decir a una madre que sacrifique a su hijo por una guerra sin fin.
Porque los niños que hoy están naciendo deben ser –¡y van a ser!– LA GENERACIÓN DE LA PAZ.
Para mí era indignante que el Estado no reconociera a las víctimas y les dijera simplemente “de malas”.
Ya comenzamos a repararlas –llevamos más de 370 mil–, ya comenzamos a devolverles sus tierras.
Pero nuestro mayor reto es que no haya más víctimas en Colombia, y para eso necesitamos terminar el conflicto.
Yo esperaba que las negociaciones fueran más rápidas y que lográramos un acuerdo final antes de un año.
No ha sido así. Han tardado más. Pero lo cierto es que hay progreso en las conversaciones y avances muy importantes.
Por primera vez hemos alcanzado acuerdos en materias de fondo como el desarrollo rural y la participación política.
La guerrilla no solo ha aceptado discutir la desmovilización, la integración a la sociedad y la dejación de las armas, sino que ha aceptado acogerse a las reglas de la democracia.
Mi deber como mandatario, mi obligación como colombiano, es NO permitir que se pierda todo lo que hemos logrado en los esfuerzos de paz, gracias –y no me cansaré de repetirlo– al valor de nuestra fuerza pública y al apoyo de mis compatriotas.
La paz –sin lugar a dudas– es el bien supremo de cualquier nación.
La paz debe estar por encima de rencillas y mezquindades políticas. Debe unirnos en lugar de dividirnos.
Por eso convocaré a todos los sectores que apoyan la paz –algunos incluso que no están de acuerdo conmigo– a que trabajemos juntos para defender lo que se ha alcanzado y para llevar a buen puerto este proceso.
Porque la paz no será la paz de Juan Manuel Santos o de un gobierno.
La paz será la paz de Colombia.
Una paz de ustedes, con ustedes y para ustedes.
Y la paz –no hay que olvidarlo– es la mejor seguridad: ES LA SEGURIDAD DEFINITIVA.
Estoy convencido de que estamos frente a UNA GRAN OPORTUNIDAD: lograr una Colombia en paz.
Una Colombia que deje atrás esas cadenas de violencia, de pobreza, de desempleo, de injusticia, que nos han atado y nos han frenado durante tanto tiempo.
Quiero continuar liderando las grandes transformaciones que hemos puesto en marcha.
Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza.
Del atraso a la modernidad.
De las divisiones a la unidad.
Una Colombia que piense en construir FUTURO más que en aferrarse al PASADO.
No quiero un país dividido.
Quiero un PAÍS UNIDO.
Quiero una COLOMBIA EN PAZ y CON PROSPERIDAD PARA TODOS.
Buenas noches
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