El sexting, en pleno auge en Colombia, se ha convertido, a la vez en un dolor de cabeza para muchos de quienes lo practican.
Consiste en el envío de contenidos de tipo sexual, especialmente fotografías y videos, producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles o por las redes sociales, los cuales son aprovechados por los criminales que buscan sacar ventaja y cobrar desde pequeñas cantidades hasta altas sumas de dinero para no subir a la red los registros.
Es por ello que la Dirección del Grupo Gaula de la Policía advierte a los hombres, mujeres y niños, evitar estas prácticas.
Los investigadores afirman que son muy pocos los casos conocidos por extorsión íntima a cambio de no publicar en las redes sociales las fotografías, videos o registros sonoros a través del sexting, pero se cree que muchas víctimas no denuncian por pena, para no ser blanco de las críticas, para no pasar una vergüenza en su entorno familiar, en su colegio, universidad o lugar de trabajo.
En muchos casos, precisa el investigador consultado por EL NUEVO SIGLO, los antisociales, los pederastras y pedófilos, entre otros delincuentes dedicados a la venta de pornografía infantil, suben a la red fotografías de inocentes niños o niñas para ganar la confianza de otros menores de edad para inducirlos al sexting.
“Aún la sociedad no entiende los grandes riesgos que conllevan las redes sociales si no son manejadas de una manera responsable y precavida y en un caso que investigó la Institución, comprueba una vez más que esto no es solo un tema de niños o adolescentes, sino sencillamente un problema que no tiene rango de edades, género o estatus económico”, indicó un investigador del Gaula.
Agregó que “existen páginas web en donde se pueden conocer personas que buscan una relación sentimental, tal vez por soledad o simplemente para tener una aventura a escondidas a pesar de tener hogares consolidados y unidos o sencillamente para pasar un rato agradable.
Pero, los jóvenes y ahora los adultos, están expuestos a la difusión masiva e incontrolada de los contenidos de sus registros eróticos y pornográficos, entre otros, pues no solo los antisociales sino los receptores, por un disgusto o una ruptura sentimental, se desquitan subiendo a la red estos contenidos”, señaló.
Los investigadores del Gaula explican que un robo del teléfono, un error, una broma e incluso un descuido del propietario del móvil, puede generar una cadena de envíos a diferentes remitentes y finalmente pueden llegar a los delincuentes que los utilizan para exigir dinero e incluso sexo para no publicarlas en las redes ni llamar a sus seres queridos y enviarles esos contenidos.
“Hay que tener cuidado y esperar a que el receptor del sexting tenga la debida discreción y que si eventualmente rompe una relación con el remitente, sencillamente borre esos contenidos, hecho que casi nunca ocurre”, precisó el agente del Grupo Gaula.
Los muchachos, insiste el agente investigador, “se dejan llevar por las influencias y modelos externos y olvidan por completo el recato y la discreción y su intimidad resulta de un momento a otro en la red y de dominio público con graves consecuencias para su vida e incluso para su entorno familiar.
“Muchas niñas y niños y adolescentes acuden a ciertos desafíos para salir de la rutina, de lo arcaico, del recato y creen que el sexting simplemente es divertido, un culto al cuerpo, que sirve para coquetear o dar otro contenido a una relación de amigos o amorosa”, acotó el agente.
Y, en otros casos, señaló el investigador, los adolescentes acuden a esa modalidad imitando a estrellas de cine, de la música y del deporte, entre otros, buscando supuestamente más popularidad entre su círculo cercano de amigos o de admiradores o sencillamente con su pareja sentimental.
De otro lado, señaló que de acuerdo con los estudios hechos por universidades de los Estados Unidos, de Inglaterra, de México, de organizaciones defensoras de los niños, de la UNICEF y de Australia, entre otros, los adolescentes acuden al sexting como un sustituto de las relaciones sexuales e incluso lo usan como una especie de pago para mantener una relación sentimental.
De acuerdo con los estudios de diferentes organizaciones y universidades, éstas son algunas de las razones para producir o transmitir sexting: el noviazgo, el coqueteo, el lucimiento, la presión de amigos, los retos, la venganza, la impulsividad, la intimidación, el chantaje, para hacerse más popular, para llamar la atención y para mostrar su belleza, descuidando todos los protocolos de seguridad y de la moral.
Según otros estudios e investigaciones los jóvenes se sienten cómodos compartiendo registros íntimos o comportándose de una manera sexualizada online que fuera de la red y cada día crece este proceso con imágenes de tono sexual.
Por experiencia en los servicios de inteligencia del grupo Gaula de la Policía, la ruptura de una pareja es una causa de los casos de sexting distribuidos sin ninguna autorización en la red.
Un ingeniero civil
EL NUEVO SIGLOpublica la historia de un ingeniero civil de escasos 24 años que empezó a frecuentar en internet una página en donde logró contactar una mujer con la cual inició una aventura intensa.
El profesional, que pidió no publicar su identidad, explicó que acudió al sexting luego de recibir por parte de su afectuosa amiga una serie de llamadas y mensajes de texto amorosos.
A través de los teléfonos móviles y con videoconferencias concertaron encuentros para tomar café, intercambiar opiniones y finalmente llegaron a la intimidad.
Sin embargo, el profesional, en principio no sospechó que sus encuentros íntimos eran grabados y fotografiados.
Tiempo después, señala el mismo ingeniero, la relación no avanzó por algunas salidas en falso de la amiga internauta y ahí empezó el dolor de cabeza.
“En mensajes de texto, en correos y en llamadas, la mujer empezó a exigir el pago de $2 millones para no subir a la red las fotografías en las que aparecía desnudo y los videos y registros en los encuentros íntimos”, reveló.
La mujer, que conocía toda su trayectoria profesional que registró en su página de Facebook, le amenazó con difundir a su familia, amigos y trabajo los videos y fotografías íntimas de sus encuentros pasionales.
Los investigadores del Gaula asumieron la investigación gracias a que el ingeniero decidió poner en conocimiento de las autoridades la tragedia que estaba viviendo.
“Los investigadores determinaron la conducta delictiva de la agraciada mujer, encontrando datos que esclarecerían por completo el caso, entre los que están que era una escurridiza extorsionista”, acotó.
El ingeniero señaló que los agentes del Gaula establecieron que la “amiga” había efectuado más de 30 cobros a través de esta modalidad en diferentes empresas de giro, por valores que oscilaban entre $2 y $3 millones.
El Gaula puso fin a esta tórrida historia capturando a la mujer, precisamente cuando recibía $2 millones producto de su exigencia para no publicar los registros de sexting y los videos y fotografías que había hecho durante sus encuentros.
Otro engaño
Otro caso que conoció EL NUEVO SIGLO está relacionado con un estudiante de secundaria que reveló ante las autoridades que en sus recorridos por la red se encontró con una supuesta niña de 15 años que al pasar de los días empezó a enviarle fotografías en ropa interior e insinuante.
“Claro que uno que está empezando a vivir la vida se emociona y no cree que tanta belleza sea cierta y caí redondito, cuando ella me pidió que también hiciera lo mismo, que quería conocer mi cuerpo para saber con quién trataba ,acudí sin pensarlo dos veces al sexting para complacerla”, indicó.
El muchacho señaló que todos los días las conversaciones y los encuentros por la red se volvían más emotivos y tomaba rumbos más explícitos en materia de sexualidad.
Dijo que empezó a preocuparse porque cuando pretendía un encuentro personal con la niña bonita, siempre encontraba evasivas.
“Me decía que tenía que estudiar mucho, que debía cuidar a sus hermanitos pequeños, pero que tranquilo que el día menos pensado nos íbamos a encontrar y disfrutar todo lo hablado, es decir, pasar de las palabras a los hechos”, acotó.
Agregó que “luego la ‘amiga’” desapareció por arte de magia y al pasar de los días recibió una llamada de un hombre que de entrada le exigió una pequeña cantidad de dinero o que tuviera relaciones sexuales con él, pues de lo contrario todo mi dossier de fotografías íntimas del sexting iría a parar a las redes, a la casa de mis padres y amigos”.
Claro, dijo, “me advirtió que a medida que no pagara la cuota exigida para no divulgar mis fotografías íntimas, la cifra iba creciendo y que tendría solución si tenía sexo con él”
Aseguró el estudiante de secundaria que en principio creyó que se trataba de una broma fuerte y restó importancia a las llamadas y esperó pacientemente que la amiga apareciera.
Sin embargo, afirmó, “un día llegué temprano al colegio y ¡oh sorpresa!, mis compañeros y demás alumnos del centro de educación tenían varias de mis fotografías donde aparecía desnudo y ahí empezó el matoneo y la discriminación”.
Aseguró que acudió al sexting “porque muchos de sus compañeros del colegio lo hacen, porque está de moda y el que no acuda a este sistema está fuera de serie o en la luna”.
Todos están expuestos
Según investigadores del Gaula de la Policía, “es necesario que la sociedad comprenda la importancia que conlleva el manejo responsable que debemos tener con respecto al manejo en Internet, especialmente en lo que se refiere a redes sociales, toda vez que en la actualidad estos lugares se hacen propicios para que la delincuencia vea la oportunidad de acechar y emplear una modalidad que con el pasar del tiempo ha ido creciendo como lo es la extorsión de tipo íntimo”.
Contra esta modalidad de extorsión de tipo íntimo, el Gaula de la Policía ha realizado 80 capturas.
Una de las mujeres capturadas por extorsión íntima cobraba entre $2 y $3 millones, arrojando un promedio de ganancias netas entre los $60 y $90 millones al mes.
Se cree, señalan los investigadores que el número de víctimas entre niños, adolescentes y adultos por extorsión íntima podría ascender a más de 500 en todo el territorio nacional.
El Gaula llama la atención a los padres de familia para que estén pendientes de sus hijos, porque son presa fácil de pedófilos y pederastras y otros delincuentes que utilizan los registros fotográficos obtenidos a través del sexting para negociar y para someterlos a sus intereses.
Los antisociales, en su mayoría expertos en redes sociales, se agregan con perfiles falsos para llegar a los niños, niñas y jóvenes y, por supuesto los adultos también caen, poniendo en riesgo su intimidad.
El Gaula pide a los padres de familia vigilar y supervisar qué hacen sus hijos cuando acuden al Internet para consultar supuestamente a Google para desarrollar o consultar un texto o cumplir con una tarea y aprovechando el desorden acuden a otras páginas.
“Hay que advertirles a los niños y a los adolescentes que la red tiene muchos riesgos, que el sexting es peligroso y que se exponen a ser víctimas de una acción criminal por extorsión íntima”, el investigador.
NO ENVIAR fotos que luego lo puedan convertir en víctimas de los extorsionistas que asechan en la red, recomienda el Gaula de la Policía.
MUCHOS DE los casos de sexting no son denunciados por pena o porque sus familias no se enteren, según la Policía.