Emisarios de Kiev, Moscú y separatistas prorrusos del este de Ucrania acordaron en la madrugada de este sábado un alto el fuego y la creación de una zona desmilitarizada de 30 kilómetros con la esperanza de que contribuya a una paz duradera.
"Hemos firmado un memorando", dijo a la prensa el enviado de las autoridades ucranianas, el expresidente Leonid Kuchma, al término de siete horas de negociaciones en la capital bielorrusa, Minsk.
Las partes se comprometen a que callen las armas y la artillería pesada retroceda 15 kilómetros desde la "línea de contacto", según Kuchma.
"Esto será una oportunidad para crear una zona de seguridad de al menos 30 kilómetros de ancho", dijo el negociador.
Sin embargo, el delicado asunto del estatuto que tendrán las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk no se ha discutido, dijo el líder de la denominada República Popular de Lugansk, Igor Plotnitsky.
"Tenemos nuestra opinión al respecto al igual que Ucrania tiene la suya", dijo Alexander Zajarchenko, el líder separatista de Donetsk, al ser preguntado si va quiere permanecer en Ucrania.
El presidente ucraniano había Petro Poroshenko, había propuesto crear un "estatuto especial" provisorio en estas regiones separatistas, acompañado de elecciones locales en diciembre.
Este acuerdo es el último intento de que la paz vuelva al este de Ucrania, sumida en una guerra civil desde abril, que ha dejado casi 2.900 muertos.
El pasado 5 de septiembre, los beligerantes firmaron un "protocolo de alto el fuego", que ha logrado reducir la intensidad de los enfrentamientos y con ello las muertes de civiles, aunque no ha acallado las armas. Desde entonces, 32 civiles y militares han muerto, según un recuento de la AFP.
Con el nuevo memorando de paz, los beligerantes se comprometen a no utilizar armamento pesado en zonas pobladas y que aviones militares y drones respeten una zona de seguridad, lo que será monitoreado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), dijo Kuchma.
El documento también prevé que "todos los grupos armados extranjeros, equipo militar, combatientes y mercenarios" salgan de la zona, agregó.
- Desconfianza en Moscú -
Mientras tanto, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que acusan a Rusia de "atacar la soberanía de Ucrania" ayudando a los rebeldes con armas y tropas, aplicaron nuevas sanciones a la economía rusa, al borde de la recesión.
Y el presidente norteamericano, Barack Obama, criticó nuevamente el jueves la "agresión" rusa durante la primera visita de su homólogo ucraniano Petro Poroshenko a Washington desde que llegó al poder en mayo.
Aunque las concesiones políticas de Kiev recibieron esta semana el respaldo de Moscú, Kiev y los occidentales toman los anuncios de Moscú con la mayor prudencia, y acusan a Rusia de atizar este conflicto que ha creado las peores tensiones entre Moscú y Occidente desde la Guerra Fría.
La OTAN afirma que unos 1.000 soldados rusos permanecen en territorio ucraniano, y Kiev acusó el jueves a Moscú, que desmiente toda participación activa en este conflicto, de haber acantonado unos 4.000 soldados rusos "con todos sus equipos y municiones" en la frontera "administrativa" con Crimea, la península ucraniana que Rusia se anexionó en marzo.
La población, por su parte, denuncia una tregua ilusoria y continúa viviendo al ritmo de los obuses y pasando las noches en los sótanos.
Antes de partir a Minsk, Kuchma había advertido que las negociaciones "en ningún caso podrán hacerse en detrimento de la independencia de Ucrania y de su integridad territorial".
También rechazó "toda forma de federalismo y el reconocimiento de las repúblicas autoproclamadas" en los bastiones rebeldes.
La OSCE abrió formalmente el viernes una oficina en Kiev para la observación de las elecciones parlamentarias que tendrán lugar el 26 de octubre, afirmando que su misión contará con cerca de 700 personas para esa votación.
Esos comicios brindarán al pueblo ucraniano la primera oportunidad de manifestar su opinión sobre los intentos de Poroshenko, prooccidental, de resolver la peor crisis de esta ex república soviética desde su independencia, en 1991.