La zona euro se prepara para vivir una semana crucial con el regreso de la Troika UE-FMI-BCE a Grecia, que se encuentra al borde de la quiebra, y la decisión del parlamento alemán sobre la ampliación del Fondo de Apoyo Europeo, acontecimientos esperados ansiosamente por los mercados financieros.
Después de una visita truncada a principios de septiembre ante los titubeos griegos, los proveedores de fondos del país -Unión Europea (UE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- regresarán esta semana a Atenas para realizar una auditoría fiscal, destinada a determinar si el país todavía puede escapar a la cesación de pagos.
Lo que está en juego es la posibilidad de desbloquear en octubre -vital para Grecia- la sexta cuota de 8.000 millones de euros del préstamo acordado en mayo de 2010 por la zona euro y el FMI.
Los dirigentes de la zona euro, criticados por Estados Unidos y el FMI, y presionados por los mercados financieros para actuar más rápidamente o en forma diferente para resolver la crisis de la deuda pública, deberán mostrar unidad esta semana, mientras las diversas incertidumbres y los discursos discordantes provocan la caída del euro ante el dólar.
En una declaración conjunta el sábado, luego de una reunión en Washington, los países de la zona euro se comprometieron ante los Estados miembros del FMI a hacer “todo lo necesario” y “garantizar la estabilidad financiera de esta zona en su conjunto”.
Los jefes de Estado y de gobierno encontraron en julio un acuerdo para ayudar más a Grecia y extender el campo de intervención del fondo de socorro de la zona (FESF), sobre todo dotándolo de un instrumento que le permita comprar en el mercado de la deuda de Estados con problemas.
Este acuerdo está en proceso de ser ratificado por los 17 parlamentos nacionales de la zona, un proceso que probablemente estará terminado a mediados de octubre. El voto tan esperado de los diputados alemanes, cuyo país es el mayor contribuyente a los planes de ayuda europea, está previsto el jueves.