El fútbol es un deporte en el que los actores del espectáculo, el público y los periodistas, conforman una familia inseparable, no de ahora, sino desde cuando comenzó a rodar el balón hace muchos años.
Los jugadores saben que la afición es la que los mantiene con sus taquillas y que los comunicadores son quienes motivan a los hinchas para que asistan a los estadios. Por eso, intentar separar a estos tres protagonistas es comenzar a desinflar la bola, como lo tratan de hacer algunas personas que administran a la Selección Colombia, a quienes, sin más ni menos, les ha dado por aislar a los deportistas de la gente y de los periodistas.
El futbolista colombiano es un personaje que nace, por lo general, en la barriada, rodeado por sus vecinos… niños, niñas, damas y caballeros, que se siente feliz cuando recibe aplausos. Para él no existe algo más gratificante que sentir el calor de su gente. Eso eleva su autoestima y lo hace volar en la cancha, adquiere un compromiso con quienes le estrecharon la mano, con quienes le dieron un abrazo ‘rompe costillas’ o le dijeron en voz alta: “¡Usted es mejor que Pelé, Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo”!
En el pasado, si bien hubo restricciones, no había tantas exageraciones como las que imponen a estas alturas quienes están al lado de los jugadores de la Selección colombiana, quienes han tenido el atrevimiento de cortar el circuito entre los futbolistas, los periodistas y los hinchas, lo cual, en vez de despertar admiración, está generando odios, que se están sintiendo en la cancha, a la cual los jugadores salen como aturdidos, asustados, al ver tantos espectadores, tanto colorido y tanto bullicio.
En ese aspecto, Gustavo Moreno Jaramillo dejó muchas enseñanzas cuando ofició como gerente del combinado cafetero. Sin embargo, Alonso Amorocho como que nunca vivió esa época y cree que jalonando y empujando a los jugadores para que no tengan ningún contacto con la prensa y la afición le está haciendo un bien al conjunto nacional, que se siente solo. Tanto así, que el entrenador Leonel Álvarez y sus discípulos pidieron estar más cerca del público antes de los partidos frente a Venezuela y Argentina en la ciudad de Barranquilla.
Está bien que haya limitaciones por seguridad y demás, pero que intenten sacar del contexto a quienes están acostumbrados a compartir un ambiente de fiesta, es algo que se sale de los esquemas de protección de la Selección Colombia, que necesita el calor de todos para que los jugadores se batan como ‘fieras’ en el Premundial Brasil 2014.
Amorocho deberá revisar su actitud, al igual que el jefe de prensa Mauricio Correa. Al periodista, respetando desde luego los procolos, se le deben dar los espacios para que informe, pues esa es su tarea, bien sea en radio, prensa o en televisión.
En Colombia, desde el Campeonato Mundial Sub-20, cuando la FIFA eligió desde Zurich quienes podían cubrir el evento, implantaron como regla general cerrarles en lo máximo las puertas a los periodistas, quienes son tratados no de muy buena manera en los estadios y en los lugares de entrenamientos, no se sabe si por orden de los dirigentes del fútbol o por quienes se han dado a la tarea de aislar a los jugadores de la Selección Colombia y de los clubes, a quienes les están poniendo toda clase de trabas para informar.
En Argentina, en Brasil, en Uruguay, en Paraguay, en Chile, en Perú, en Ecuador y en Chile, los futbolistas van de la mano con los periodistas y con los aficionados, en una alianza que busca el fortalecimiento del considerado mejor espectáculo del mundo: el fútbol.
La FIFA tiene sus reglas, es una empresa a la cual le interesa son los dólares y no sería raro que les cobre a los periodistas por hablar y escribir, porque a la radio y a la televisión les sacan dinero por derechos de transmisión. En Colombia está tomando carrera el hecho de que algunas personas estén perturbando la labor de los medios de comunicación y allí tendrá que estar ojo vivo la Asociación de Periodistas Deportivos (Acord) para defender el derecho a la información deportiva.
En Brasil, a dos años y medio de la Copa Mundo, el ex jugador Romario salió lance en ristre contra la FIFA porque quiere imponer sus leyes, olvidándose de la soberanía del país anfitrión de la cita balompédica.
Luis Bedoya, como súper jefe de la Fedefútbol, deberá buscar, antes de que sea tarde, que haya más comunión entre los integrantes de la Selección Colombia, el público y los periodistas, que jamás podrán ser separados, son el uno para el otro en el fútbol.
El mercantilismo jamás acabará con la química entre los jugadores, la afición y el derecho a informar en el fútbol.