Lunes, 9 de Abril de 2012
Respetar sus espacios de silencio y retiro, así como asignarles el rol que tenían antes de ser secuestrados, son recomendaciones de especialistas.
“Durante algún tiempo estas personas no se adaptan muy fácilmente por ejemplo a la cama, y algunos incluso prefieren seguir teniendo un sistema como el que tenían en la selva, es decir, querer seguir durmiendo en el sueño. Se despiertan a deshoras, el ritmo circadiano se les ha cambiado, luego eso va a afectar a la familia. Van a tener efectos de flash back, en los cuales se despierten gritando y atemorizados, van a generar mucha desconfianza y sentir como que los están persiguiendo y eso hay que entenderlo”, explicó el psicólogo Paulo Daniel Acero.