Se rompe cerco español: Rajoy seguirá al mando | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 27 de Octubre de 2016
Pablo Uribe Ruan @UribeRuan

Tan sólo 24 horas, que pueden convertirse en una horrible ansiedad luego de 10 meses, le quedan a Mariano Rajoy para ser elegido como jefe del gobierno español.

La parálisis política, por fin, terminó. Así lo anunciaron la mayoría de partidos políticos en el parlamento. En el segundo debate de investidura, que tendrá lugar mañana, el mandatario obtendrá el respaldo suficiente, más síes que noes, que sacarán a España de la incertidumbre en la que estuvo a partir de diciembre de 2015.

Esta posibilidad, que parecía inviable hace 20 días, se presenta tras la abstención de Partidos Socialista Obrero Español (PSOE), anunciada ayer luego del primer debate, que no bloqueara la aspiración de Rajoy por convertirse otra vez en jefe de gobierno.

En medio de un revoltoso ambiente, Mariano Rajoy ayer se presentó ante el Parlamento, para buscar los apoyos suficientes. Este gesto fue simple tramitología. De ante mano se sabía que en esta primera oportunidad no iba lograr los votos suficientes para, de una vez por todas, quedarse en la Moncloa –casa del gobierno español-.

Rajoy recibió los mismos 170 votos  -la suma entre miembros del Partido Popular (PP) y Ciudadanos- que, como hace tres meses, fueron insuficientes para llevarlo a su segundo mandato. Pero este fin de semana, al contrario de ocasiones anteriores, obtendrá en la segunda votación  más síes que noes por la abstención anunciada del PSOE.

La decisión de abstenerse ha causado una crisis interna en los socialistas. Pedro Sánchez, ex jefe de la colectividad, tuvo que renunciar luego del Comité Federal de su partido, cuando la mayoría de sus miembros optó por abstenerse en vez de votar no a Rajoy, lo que algunos sectores del socialismo calificaron como una “venta” de los barones socialistas al Partido Popular.

Antonio Hernando, portavoz del partido y quien hasta hace un mes era la mano derecha de Sánchez, justificó la decisión de su partido. “No es el presidente de gobierno que España necesita pero (...) nos vamos a abstener el próximo sábado para evitar unas terceras elecciones que los españoles no merecen", dijo en el congreso, anunciando la victoria anticipada de Rajoy este fin de semana.

Se creía que la justificación de Hernando, quien tenía que explicar por qué su partido pasó del “no es no” a abstenerse, sería el centro del debate. Pero Unidos Podemos, la colectividad liderada por Pablo Iglesias, y Albert Rivera, jefe de Ciudadanos, se llevaron todas las miradas, junto algunos refranes que recitó Rajoy para suavizar el tenso ambiente parlamentario.

Las diferencias entre las distintas colectividades con Podemos se hizo evidente durante el primer debate de investidura. Antes de abandonar el hemiciclo, Iglesias dijo “hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que fuera”, refiriéndose a sus compañeros, lo que desató la furia de diferentes líderes, como Rafael Hernando, portavoz del PP.

Rafael Hernando acusó a Iglesias de usar “el nombre de España para ponerse a la venta ante dictadores y regímenes como Venezuela o Irán", lo que despertó la furia del líder ultraizquierdista. Unos minutos después, los diputados de Unidos Podemos abandonaron el parlamento por cerca de 10 minutos tras una petición de réplica que Iglesias le solicitó a Ana Pastor, presidenta del parlamento, que no fue concedida.

La confrontación entre diferentes agrupaciones políticas subió a un tono pendenciero. Insultos, duras acusaciones y abandonos esporádicos, permearon la jornada, demostrando que en los próximos años la gobernabilidad para Rajoy será muy difícil, con diferentes opositores como Podemos, los independentistas catalanes y, hasta el momento, los socialistas.

Su tarea los próximo días será buscar algún nivel de consenso, consenso que con su elección se ve muy difícil. Pero España, como recalcan sus parlamentarios, ya ha vivido momentos similares en los que la polarización ha dominado el parlamento.

Ante este complejo momento, Albert Rivera, de Ciudadanos, resaltó la imagen de Adolfo Suárez, líder  de la transición a la democracia en España. El parlamentario citó una de sus frases “Hay que cambiar las cañerías sin cortar el agua”. Inexacta, como explica el portal El Diario, de Madrid, el jefe del partido de centro derecha pidió entender este momento como la única alternativa ante la parálisis política del país, sin olvidar los cambios estructurales que merece las políticas de Rajoy.

El partido de Rivera de este modo se convirtió en la bisagra de la triple alianza entre PP, Ciudadanos y PSOE, para respaldar a Rajoy, la cual ha sido criticada por Podemos, que comparó la unión de partidos con la Dreibund –triple alianza en alemán- que unió durante el gobierno de Otto Von Bismarck a Alemania, Austria-Hungría e Italia, con el objetivo de aislar a Francia y Rusia.

Si bien esta alianza dejará al PSOE como el mayor derrotado, es bien recibida por una España que, en 2017, tendrá una agenda copada de deudas y compromisos, entre ellos redactar el presupuesto de ese año para cumplir con la Unión Europea. 

Para su fortuna, España no rompió el récord de Bélgica sin formar gobierno por más de dos años. Rajoy, tras diez meses de incertidumbre, será otra vez jefe de gobierno. Pero el mandato que le concedió el parlamento tendrá que cumplirlo a cabalidad o, sino, como dijo el diputado Torrealba, deberá seguir el camino de Cameron: renunciar.