Para el próximo miércoles aplazó la Comisión Primera del Senado la definición de la suerte del proyecto número 114 de 2012 del senador Juan Carlos Vélez, que propone una asamblea constituyente que reforma la Constitución en lo relacionado con la justicia y la elección de sus delegatarios.
Esta iniciativa busca por la vía de una constituyente llevar a cabo los cambios que se quedaron en el tintero tras el hundimiento a mediados del año anterior de la reforma a la justicia, que había aprobado el Congreso, pero luego atendió la solicitud presidencial de hundirla porque justificó el Jefe de Estado, le fueron introducidos una serie de ‘micos’ durante la etapa de conciliación.
Sin embargo, la iniciativa de constituyente inició con el pie izquierdo su discusión en la Comisión Primera de Senado, pues los ponentes presentaron ponencia negativa pidiendo su archivo.
Precisamente uno de los ponentes, el senador nariñense Eduardo Enríquez se lamentó de que el Congreso hundiera la reforma a la justicia, de la que dijo introducía importantes medidas para la Rama.
Lo más lamentable para Enríquez Maya es que esta es la primera vez que se objeta una reforma, y advirtió que “si eso se va a repetir, para qué entonces mantener vivos al Congreso y a la Corte Constitucional”.
Añadió que “en nuestro caso el rostro anhelante de la justicia cada día será más distante. Yo que tuve la honra de ser coordinador ponente, cómo lamento que se haya sacrificado la reforma”, señaló.
“Mire lo que traía la reforma. Dos billones de pesos por mandato constitucional para la rama judicial. A los pocos días estalló el paro de los empleados judiciales que más ha durado”, agregó.
Por su parte, el senador Vélez dijo que no entiende por qué la Comisión Primera del Senado le cierra el paso a una reforma a la justicia que el país tiene pendiente.
“Hace tres años todo lo que era uribista se aprobaba en el Congreso, pero ahora todo lo que suena uribista parece que lo hunden”, dijo el Senador del Partido Social de Unidad Nacional (La U).
Además previno sobre la demanda que fue presentada por la iniciativa hundida el año pasado, que “la reforma no está muerta, es un enfermo terminal pero la Corte Constitucional la puede revivir. El Congreso debe entonces tramitar una verdadera reforma a la justicia”.