En los últimos diez años, el área sembrada en cultivo de coca pasó de 163 mil hectáreas en 2000 a 62 mil hectáreas en 2010. Así lo informó el Dane, teniendo en cuenta los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodoc).

Señala el informe que entre los años 2000-2010 el Producto Interno Bruto, PIB, del enclave de ilícitos, presenta una tendencia decreciente al pasar de 3.56 billones de pesos en 2000 a 2.27 billones de pesos corrientes en 2010.
La participación del PIB del enclave de ilícitos con relación al PIB nacional, a precios corrientes,  pasa de 1,7% en el año 2000 a 0,4% en 2010, de acuerdo a las cifras provisionales.
Asimismo, el enclave de los cultivos ilícitos y sus resultados para la serie 2000-2010, base 2005, son definitivos para los años 2000-2008, provisionales para el año 2009 y preliminares para 2010, No se incluyen en estos cálculos la comercialización, ni los flujos de capital asociados a dichos productos porque no existen datos oficiales.
Indica el estudio que la oferta de clorhidrato de cocaína se ha visto disminuida como consecuencia de la reducción de las áreas cultivadas como de las incautaciones, disminución que se ha visto reflejada en las exportaciones del enclave al resto del mundo.
De acuerdo al Dane, la metodología utilizada para estimar la producción del enclave, se hizo dividiendo los procesos en fase agrícola con la producción de base de cocaína, látex de amapola y marihuana y fase industrial con la producción de clorhidrato de cocaína y heroína.
La producción y transformación de los cultivos ilícitos y la consiguiente generación de  ingresos se analiza en un enclave que permita estudiar este fenómeno de manera separada de la economía nacional.
El enclave se trata como si fuera un territorio “intermedio” entre la economía nacional y el resto del mundo, es decir, con transacciones, con la economía nacional  y con el resto del mundo.