Aseguraron algunos legisladores en la plenaria del miércoles que les tocó pedir vehículos prestados a sus familiares para llegar al Capitolio.

Se presentó este miércoles una queja generalizada por parte de los congresistas por carencia de automóviles de la corporación para que los parlamentarios puedan movilizarse.

Dijo el senador Jorge Eduardo Londoño Ulloa: “yo no me imagino a un magistrado o a un ministro en su carro particular pidiéndole prestado a la familia entre semana el carro para que no lo coja el pico y placa”.

Citó el congresista su caso particular, ya que le ha tocado pedirle prestado el carro a su esposa para llegar a los debates puesto que la corporación todavía no le ha asignado el automóvil.

Llamó la atención a sus iguales el senador Hernán Francisco Andrade sobre la necesidad de dejar la polémica entre ellos mismos por la gasolina y los autos que piden los congresistas.

“Este Congreso no ha entendido y vivimos comiendo prójimo entre nosotros mismos; y cuando masacran al presidente Corzo no hay solidaridad de cuerpo y llamo la atención por el famoso tema de los carros”, expresó.

“Aprobemos un proyecto para que no haya carro oficial ni gasolina para ningún ministro de Estado ni para Procuraduría ni para Contraloría ni para nadie pero no se puede seguir pisoteando al Congreso porque tenemos que seguir congraciándonos ante la opinión”, añadió Andrade.

“En el Congreso vivimos metiéndonos el cuchillo entre los colegas a ver cómo hacemos quedar mal al presidente del Congreso ante la opinión”, dijo.

Algunos de los senadores que no tienen vehículo son Miriam Alicia Paredes, Juan Córdoba Suárez, Rodrigo Villalba Mosquera y César Tulio Delgado Blandón.