En este comienzo de año, todas las miradas de los analistas y mercados se están dirigiendo hacia el comportamiento de la tasa de cambio y sus implicaciones en sectores claves para la economía. Incluso hay pedidos como el del Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, en el que llama la atención del Banco de la República para que se haga algo para evitar que la divisa siga cayendo.

Con razón, el jefe de la cartera del agro indicaba que tres de los rubros, como lo son el cafetero, el bananero y el floricultor, fueron los más afectados con la revaluación y por consiguiente esperaba que esta tendencia cambiara significativamente para que por lo menos el dólar recobrara la barrera de los 1.800 pesos y por qué no subir hacia los límites de los 1.900 pesos.

Sectores como el exportador han sentido el rigor de la revaluación del peso, percibiendo menos por las ventas externas de sus productos y que han resultado afectadas por el momento de crisis que hoy impacta a mercados como el europeo y el estadounidense.

Sin embargo, en diciembre del año pasado, el dólar cayó más de lo esperado sobre todo cuando había permanecido en un canal principalmente alcista desde mediados del año.

Fue así que el peso se apreció 2,66%, en su movimiento más fuerte de los últimos siete meses, cerrando el año en $1.766,78, acompañado de stop loss por parte de algunos agentes, la aprobación de la reforma tributaria en Colombia y una disminución en el volumen diario promedio negociado (647,87 millones de dólares contra 837,14 millones de dólares entre enero y noviembre) normal de la época navideña.

Después de 304 sesiones consecutivas en las que la curva permaneció invertida, en diciembre experimentó un aplanamiento que permitió volver a observar tasas de corto plazo inferiores a las de largo plazo.

Tres factores principales explican la caída promedio de 46,89 puntos básicos en la curva durante el mes pasado: 1) una sorpresa positiva en los datos de inflación de noviembre en Colombia, 2) una menor posición propia de contado, 3) se fueron incorporando las reducciones en la tasa Repo a finales de noviembre y de diciembre.

Para este primer trimestre, los mercados esperan un repunte de la tasa de cambio que podría permitir que algunos productos de exportación recuperan su competitividad y asimismo productos tradicionales y no tradicionales puedan llegar a otros mercados con menos alteraciones.