Por Cristina Ferrer
Periodista EL NUEVO SIGLO
Cartagena
La fiesta cultural más importante del país, el Hay Festival de Cartagena, reunió a escritores y artistas nacionales e internacionales para conversar de economía, arte, escritura, historia y otros temas que concitan el interés de todas las clases sociales de la ciudad, entre ellos los de responsabilidad corporativa del BBVA, en los sectores deprimidos, a los que asiste en compañía de la Fundación World Coach.
“Somos lo que somos, porque fuimos lo que fuimos”– Arturo Pérez Reverte, con esa frase se dio apertura al conversatorio de cómo se concibe y narra la historia desde diferentes perspectivas. El académico e ingeniero Rodolfo Segovia, el novelista Juan Esteban Constaín y el periodista Daniel Samper expusieron qué los llevó a hacer uso de los diferentes recursos literarios para contar la realidad de lo que ocurrió y ocurre en el mundo.
“Contar la historia es un esfuerzo grande, dado que la historia es un eco que se va apagando y solo nos queda de él el recuerdo de las muchas maneras para recrear el recuerdo”, expresó Constaín.
¿Por qué decidió dedicarse a la historia desde la ingeniería química?
Rodolfo Segovia:No me dedique a la historia desde la ingeniería química, me dediqué a la ingeniería química desde la historia.
Las circunstancias en el hombre siempre son similares, el hombre se hace históricamente, pero esas respuestas similares no quieren decir que sean idénticas porque los seres humanos no son reproducibles, uno aprende de la historia más sobre lo que no debe hacer, que de lo que debe hacer.
¿Por qué contar la historia con humor?
Daniel Samper Pizano: Siempre hay por lo menos dos puntos de vista sobre las cosas, en mi caso particular hay dos versiones del por qué decidí escribir la historia con un lente de humor, la primera versión tiene qué ver con mis profundos estudios en historia y la manera lamentable, como considero, se está enseñando historia en Colombia o ya ni siquiera se enseña.
Entonces quise colocar en manos de los estudiantes un instrumento agradable, amable y que después de que se hubiesen reído, se condujeran a los grandes historiadores o novelistas.
La mayor satisfacción que he tenido es cuando algún profesor me dice, mire, le agradezco su libro “Lecciones de histeria de Colombia” porque lo he compartido con mis estudiantes y primero se divirtieron y luego comenzaron a preguntar cosas serías, como si era verdad esto o lo otro, y por ahí han emprendido el camino para recorrer a los grandes historiadores.
Entonces decidí colocar al alcance de los estudiantes unos manuales divertidos para que finalmente llegaran a leer cosas serias sobre Colombia y conocieran su país.
La otra versión es que es una buena razón para ponerse a ‘mamar gallo’, escribir cosas y ganar plata… una versión miserable, pero ustedes escojan la versión que quieran.
¿Cómo se plantea el académico la escritura de la historia, lenguaje y estilo, para poder decir cosas rigurosas pero a la vez que la gente pueda disfrutar de ese conocimiento?
Rodolfo Segovia: El truco es tratar de tener la información y ponerla de tal manera que sean píldoras dulces, que se pueda decir todo lo que uno quiere decir pero de manera amable.
Voy a poner un ejemplo, hace algunas semanas escribí un artículo sobre “La tragedia del galeón San José” y tras de ese escrito para que se moviera utilicé un truco literario, el “presente histórico” que tiene que ver con escribir cosas como si estuvieran sucediendo ahora delante de ti, esos son trucos del historiador si quiere llegarle realmente a su público.
La historia también se escribe a través de las novelas…
Juan Esteban Constaín: La ficción y la literatura se ocupan de la historia y del pasado por una razón, y es porque la novela es también un género literario, y esa es una verdad que a muchos académicos les pesa mucho y les cuesta mucho reconocer, porque se supone que la historia es una disciplina intelectual alimentada por discusiones ideológicas, teóricas, por métodos científicos que la legitiman, que la reivindican, y eso es cierto, pero para que el conocimiento histórico funcione, sea compresible y pueda comunicarse hay que acudir también al servicio de la poesía y la literatura, los mejores historiadores son aquellos que son capaces de recrear con las palabras y de reconstruir desde el discurso lo que ocurrió.
En mis novelas siempre quería resolver aspectos misteriosos del pasado, que por lo general carecían de documentos para comprobarse.
Por ejemplo, si uno repitiera día a día la biografía de Napoleón Bonaparte, prescindiendo del hecho de que Napoleón existió, si a uno le cuentan la historia es completamente inverosímil, la historia de Napoleón solo es creíble si está narrada en una novela, por fuera de la literatura esa historia, que todos sabemos que ocurrió, es increíble e inverosímil.
Entonces, de pronto descubrí que el mejor camino para encontrar la verdad de la historia es la novela y no el trabajo académico.
¿Cómo contamos el pasado?
“Si a uno le piden que recuerde lo que ocurrió el día anterior y convoca a quienes vivieron ese mismo episodio, se va a encontrar con versiones distintas y contrapuestas, aún en las historias familiares hay distintas interpretaciones de los hechos”, concluyó Constaín.
“La historia de Colombia está toda por descubrirse, nos han contado algunas cosas que son verdad y la mayoría que son mentira”, finalizó Samper Pizano.
“La historia de Colombia está toda por descubrirse, nos han contado algunas cosas que son verdad y la mayoría que son mentira”: Daniel Samper Pizano.
Daniel Samper Pizano:periodista y escritor colombiano, ha publicado más de treinta libros, en su mayoría notas de humor y textos de periodismo, y ha ganado, entre otros permios, el Maria Moors Cabot, de la Universidad de Columbia, el Rey de España (España) y el Simón Bolívar (Colombia). Acaba de publicar “Breve historia de este puto mundo” y es miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.
Rodolfo Segovia: ingeniero químico, miembro de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia de Historia de Cartagena. Autor de libros como “105 días”, “El sitio de Pablo Morillo a Cartagena de Indias”.
Juan Esteban Constaín: docente, columnista y acreedor del premio Espartaco con su novela “Calcio”. Autor de libros como “El naufragio del Imperio”, “El hombre que no fue jueves”.