Los platos rotos del modelo neoliberal los pagan las clases medias y los trabajadores con desempleo, baja remuneración y mayores impuestos, expresó ayer la presidenta del Polo Democrático, Clara López, a través de un comunicado.
El dato inesperado de crecimiento negativo de la economía en el tercer trimestre de este año (-0.7 por ciento) echó por tierra las proyecciones oficiales y los anuncios gubernamentales de que Colombia estaba blindada contra la crisis mundial, afirmó López.
“El modelo económico aperturista en el que de manera inexplicable insiste el gobierno está agotado en Colombia y en todas partes, prueba de ello es la parálisis del sector industrial, el bajo crecimiento económico general y el aumento del desempleo, a lo que se suma ahora un pobre desempeño de la minería fruto de la crisis europea y la reducción de la demanda china”, explicó la dirigente política.
Relievó el hecho de que la inversión extranjera en el sector minero en los últimos años ha contribuido a la revaluación del peso colombiano y con ello a la falta de competitividad de otras exportaciones industriales y agrícolas.
Dijo que la crisis mundial encuentra en la economía colombiana, especialmente a los industriales y agricultores en una situación de debilidad extrema por la competencia inopinada de las importaciones promovidas por el modelo aperturista que abre el campo del mercado nacional al ingreso de productos agrícolas subsidiados por los presupuestos oficiales tanto de Estados Unidos como de Europa, y a un sector industrial compitiendo en desigualdad de condiciones por falta de inversión en infraestructura, ciencia y tecnología, fundamentos de la economía contemporánea.
Ante este panorama de la economía nacional, López sostuvo que “llegó la hora de recapacitar. Colombia no puede seguir en manos de quienes aplican recetas importadas sin beneficio de inventario como han sido las del Consenso de Washington. Si no viramos de inmediato aplicando políticas públicas que promuevan el mercado interno con un robusto aumento del salario mínimo que estimule la demanda, la aceleración de la inversión pública y la adopción de medidas contracíclicas por parte del Banco de la República, nos esperan tragos amargos”.