Se agarran los godos. El senador caucano José Darío Salazar Cruz respondió de manera vehemente a las ácidas críticas que en su contra lanzó el congresista y presidente del Directorio Nacional Conservador, Efraín Cepeda Saravia, quien por defender el vagón de la prosperidad, descalifica a quienes no comparten con él las dosis de “mermelada” que se reparten desde el olimpo del poder santista.
Comunicado de Salazar. “1. En recientes declaraciones, el señor presidente del Directorio Nacional Conservador, senador Efraín Cepeda, expresó refiriéndose al proceso de paz y al paro cafetero: "y debemos decir enfáticamente que dentro del partido tampoco compartimos la posición del senador José Darío Salazar", cuando el suscrito senador se convirtió en defensor de los cafeteros y enemigo de entregarle el país a las Farc”.
Las contradicciones de Santos. “2. Frente al proceso de paz, como Senador de la República por mi Partido Conservador, he asumido la siguiente posición: el presidente Santos desconoció su palabra del día de su posesión: cuando se comprometió a no negociar con los terroristas y condicionó el diálogo a "premisas inalterables: la renuncia a las armas, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión, a la intimidación". Sin embargo a Santos y a los áulicos del conservatismo poco les interesa que los narcoterroristas sigan reclutando niños, sembrando de minas antihumanas a todo el territorio nacional, volando torres y dinamitando oleoductos”.
Impunidad. Salazar agregó: “3. He dicho, además, que la paz debe hacerse sin impunidad”. El senador payanés recordó que Santos, en campaña, calificó de “narcoterroristas” a los integrantes de esa facción sediciosa al margen de la ley. Salazar dijo en su declaración:
“4. No es coherente la posición asumida por el presidente Juan Manuel Santos con los postulados de su campaña electoral donde a través de twitter dijo que "no se le otorgaría un status político a ningún miembro de las Farc, a ningún Timochenko y demás".
El sepulturero. Al “Fincho” Cepeda lo pedalearon desde Palacio y lo pusieron a sonar como precandidato conservador para el 14. Salazar apunta en su quinto punto:
“5. La posición de gobiernista incondicional del presidente del Directorio Nacional Conservador, senador Efraín Cepeda, le hace daño al conservatismo colombiano; desestimula a sus bases; mina su espíritu de lucha democrática y lo llena de desesperanza”. Y concluye: “6. El senador Cepeda, al asumir dicha posición, no interpreta cabalmente el sentir del conservatismo colombiano que, en campo y ciudades cuestiona y sufre la ausencia de sus postulados en la toma de decisiones más trascendentales de la vida nacional”.