El presidente francés Nicolas Sarkozy propuso el jueves impulsar junto a Alemania un nuevo tratado de refundación europeo con más disciplina fiscal, que abra un ciclo de desendeudamiento en la zona euro pues si "Europa no cambia rápido, la historia del mundo se escribirá sin ella".
"Ahora, en una situación extrema (...) debemos volver a lo esencial y reafirmarlo: por eso Francia y Alemania militarán por un nuevo tratado europeo" que contenga "más disciplina, más solidaridad y más responsabilidad mediante un verdadero gobierno económico", dijo Sarkozy en Toulón (sur).
El mandatario anunció que el lunes se reunirá en París con la canciller alemana Angela Merkel.
"Juntos haremos propuestas franco-alemanas para garantizar el futuro de Europa", indicó, en un discurso destinado a calmar a los mercados y a sus socios europeos.
Las dos principales economías de la Eurozona discuten la mejora de la gobernanza económica, a una semana del inicio de una nueva cumbre de la Unión Europea (UE), el 8 y el 9 de diciembre en Bruselas.
La jefa del gobierno alemán expondrá el viernes ante el Bundestag (Parlamento) sus propuestas frente a la crisis, haciendo hincapité en la necesidad de una mayor disciplina presupuestaria y en sanciones automáticas para los incumplidores.
En esa cumbre podría adoptarse el principio de sanciones automáticas.
"¡Europa debe ser refundada ya!". "¡Es urgente!", enfatizó Sarkozy, que atribuyó la "gran causa" de la tormenta financiera arrastrada desde 2008 a una "globalización sin más reglas que la libertad de comercio".
"El extravagante crecimiento del sector financiero que diseminó inconcebibles montos de deuda" provocó "un dominio exclusivo de la lógica especulativa y de la obsesión a corto plazo" sobre las actividades económicas, denunció.
Por eso, propuso abrir un "ciclo de desendeudamiento", que lleve "la balanza de la economía hacia el trabajo y la productividad".
"Si Europa no cambia rápido, la historia del mundo se escribirá sin ella. Es la convicción de Alemania y de Francia", sostuvo.
Sarkozy, que en mayo próximo buscará su reelección, pronunció su discurso ante unas 5.000 personas reunidas en el Zenith de Toulon, el mismo lugar donde hace tres años lanzó una diatriba contra el sistema financiero y el "capitalismo enloquecido".
Sarkozy se declaró "convencido" de que el Banco Central Europeo (BCE), organismo "independiente que lo seguirá siendo (...), actuará" contra las amenazas que supone la crisis.
El presidente del BCE, Mario Draghi, había declarado sin embargo poco antes que la institución no tiene la fórmula mágica para salir de la crisis y que no puede actuar más allá de su mandato, de control de la inflación.
Tras advertir contra el riesgo del "aislamiento" pues "no domesticaremos solos a las finanzas", el mandatario francés sostuvo que "ningún Estado de la zona euro será declarado en default"
"Debe quedar absolutamente claro que lo que se hizo por Grecia, en un contexto muy particular, no se repetirá más, que en adelante ningún Estado de la zona euro será declarado en default", declaró.
Grecia se benefició de un plan de rescate de la Eurozona y el FMI que prevé la eliminación del 50% de la deuda griega en manos privadas mediante una participación voluntaria de los acreedores en un intercambio de obligaciones.
"Tiene que quedar claro que todos los Estados y todas las instituciones (europeos) trabajan sin descanso en aras de esta solidaridad sin fallas", sostuvo.
Sarkozy se congratuló por las respuestas de su gobierno a la crisis financiera y la recesión que golpearon al mundo en 2008 y 2009.
"Ningún banco cerró", "salvamos los ahorros de los franceses y sus empleos", destacó, aunque admitió que "la vida de gran cantidad de franceses es hoy más difícil" que antes de la crisis.
Al hablar en un escenario prácticamente de campaña y en una región que le disputa a la ultraderecha francesa, Sarkozy no se olvidó del acuerdo de Schengen que garantiza la libre circulación de las personas.
"Hay que replantear Schengen", sostuvo Sarkozy, que rechazó una regularización masiva de inmigrantes sin papeles.
Criticó además una apertura económica sin contrapartidas. "Europa, que abre sus mercados sin exigir reciprocidad (...), debe negociar en pie de igualdad", sostuvo.
Pero cerrar los mercados "sería mortal para nuestra economía, para nuestros empleos, para nuestro nivel de vida", agregó.
Las bolsas europeas cerraron en baja, aunque horas antes del discurso de Sarkozy.
Mientras tanto las políticas de ajuste aplicadas para frenar el déficit que puso a Europa en la cuerda floja sigue sumando huelgas a la lista, como la número 14 en Grecia o la más importante en 30 años en Gran Bretaña el miércoles, pese a que no integra la zona euro.
"Europa no es una elección. Es una necesidad", sostuvo Sarkozy, que concluyó con un cerrado aplauso y entonando la Marsellesa.
AFP