“Hoy quiero reconocer a las naciones del mundo su apoyo expreso y permanente, sin excepción alguna, a nuestros esfuerzos de paz”.
Así lo dijo el Presidente Juan Manuel Santos en su saludo al Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia, este martes en la Casa de Nariño.
En sus palabras del reconocimiento a la comunidad internacional, el Mandatario citó a Cuba y Noruega, países garantes del proceso, y a Venezuela y Chile, que lo han acompañado desde el comienzo.
También destacó el aporte de Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea, que han designado enviados especiales que han sido –dijo–
“testigos de la seriedad con que se adelantan las conversaciones”.
Así mismo, subrayó el respaldo de la oficina del Secretario General de la ONU y a Unasur –a través de Uruguay, su actual presidente–, que enviaron expertos para asesorar el tema del desarme y el cese al fuego.
De igual manera, el Jefe de Estado hizo una especial mención del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que aprobó por unanimidad, hace 15 días, la resolución que crea la Misión Especial para verificar el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, y la dejación de las armas.
Al respecto, se refirió a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organización que, en la cumbre realizada hace dos semanas en Quito (Ecuador), respaldó el empeño de Colombia por la paz y aprobó que los observadores que conformen la Misión de la ONU provengan de la región.
Finalmente, el Presidente Santos exaltó el que la Organización de Estados Americanos (OEA) haya expresado todo su apoyo al país en el tema de la paz y esté ayudando en puntos cruciales para el posconflicto.
Justicia transicional y plebiscito
Precisamente sobre la OEA y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el Jefe de Estado recordó que en Washington, durante su reciente visita a Estados Unidos, tuvo la oportunidad de ratificar ante los más connotados expertos en el tema de derechos humanos cómo el esquema acordado de justicia transicional es sui géneris en el mundo.
“¿Por qué sui géneris? Porque por primera vez las víctimas están en el centro de la solución del conflicto; por primera vez las dos partes se ponen de acuerdo en crear un tribunal especial, y todo, además, cumpliendo con los estándares internacionales, para que sea una paz sin impunidad”, sostuvo.
Según lo expuso el Presidente Santos ante el Cuerpo Diplomático, el de Colombia “ha sido y sigue siendo un proceso acompañado, alentado, empujado de alguna forma, por el entusiasmo y la convicción de la comunidad internacional de que la paz de Colombia será la paz de todo el hemisferio, y un aporte esencial a la paz del mundo”.
Al reiterar que esta paz no es de él ni de su gobierno sino de todos los colombianos, el Mandatario consideró que dicha paz “tendrá toda la legitimidad a través del plebiscito que convocaremos para que sea el pueblo el que tenga la última palabra, el que decida”.
“Me comprometí desde el principio a que los colombianos tendrán la última palabra, y ésta será la forma de cumplir mi promesa”, dijo el Presidente Santos.
Un nuevo amanecer
En sus palabras de agradecimiento, el Jefe de Estado afirmó que “hoy tenemos una nueva Colombia”, y que esa nueva Colombia “se siente más acompañada que nunca antes en su historia”.
“Por todo lo anterior, puedo resumir mi discurso en una sola palabra: Gracias”, dijo y agregó: “Gracias porque Colombia –en medio de un planeta que se debate entre el miedo y la violencia, el odio y la división–, se prepara para ser la noticia de esperanza y reconciliación de este año que apenas comienza, pero que lo hace con las mejores expectativas”.
En este sentido, el Presidente Santos pidió al Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Ettore Balestrero, llevarle un mensaje de gratitud al Papa Francisco por sus voces de apoyo a la paz de Colombia. El Mandatario le agradeció a monseñor Balestrero por “reiterar la decisión de la comunidad internacional de ayudarnos a luchar contra todo lo que oscurezca la vida del hombre”.
“Eso es lo que hemos venido haciendo y lo que seguiremos haciendo, porque estamos convencidos de que ni Colombia, ni la región latinoamericana, estamos condenados a otros 100 años de soledad, sino destinados a 100 y más años de solidaridad, de crecimiento, de aporte a aquellas cosas que iluminan la vida del hombre”, indicó.
“Es cierto, apreciado Nuncio, y apreciados amigos de la comunidad internacional: ya vemos la luz, ya sentimos el canto de las aves, ya florece la sonrisa en nuestros niños. Ya comienza a vivirse en Colombia un nuevo amanecer”, concluyó el Presidente de la República.