El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pidió la "renuncia protocolaria" a todos sus ministros para reestructurar su gobierno a partir de este viernes, con la mira puesta en una pronta firma de la paz con la guerrilla Farc.
Santos asistía en Nueva York a una reunión de Naciones Unidas para firmar el acuerdo para combatir el calentamiento climático, cuando su despacho informó en Colombia que el mandatario había pedido la "renuncia protocolaria" a todo su gabinete.
Uno de sus ministros, Juan Fernando Cristo, titular de la cartera de Interior, confirmó desde Barranquilla que el presidente había solicitado la renuncia colectiva "para poder replantear el gobierno".
"Son cambios absolutamente normales, se están cumpliendo los dos años de este segundo mandato, estamos a punto de firmar la paz, hay nuevas prioridades del gobierno y es conveniente que el presidente tenga plena libertad para poder conformar un equipo de gobierno que lo acompañe hasta el final de su mandato", dijo Cristo a la emisora BluRadio.
El ministro de Interior, que anunció que firmará su renuncia este mismo viernes, descartó que exista una crisis en el gobierno.
El pedido de renuncia al gabinete estuvo precedido por la salida de la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, conocida la víspera. Para entonces, Santos ya estaba en Estados Unidos, adonde llegó el miércoles por la noche para participar en la Sesión Especial de la Asamblea de la ONU sobre la lucha contra las drogas (UNGASS).
Preguntado sobre la partida de Gutiérrez en una entrevista el jueves con el diario The New York Times, Santos dijo que varios miembros de su gabinete "están renunciando" porque "el gobierno necesita cambios".
"Ella (Gutiérrez) llegó a su ciclo, otros llegarán a su ciclo, éste es el inicio de una serie de cambios que hay que hacer en el gabinete ahora que vamos a firmar la paz, espero que sea muy pronto", añadió el mandatario, anticipando la noticia de este viernes.
- "La opinión pública es muy volátil" -
La reforma gubernamental se produce en momentos en que los niveles de popularidad de Santos se encuentran en los niveles más bajos de su mandato, que inició en 2010 y para el cual fue reelecto en 2014 por otros cuatro años.
La encuesta Colombia Opina, divulgada en marzo, le daba apenas 25% de opiniones favorables al presidente, a la vez que situaba en 60% el pesimismo en torno al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Al respecto, Santos dijo esta semana en una entrevista con la AFP que "la opinión pública es muy volátil" y que está "absolutamente seguro (de) que parte de ese pesimismo que hay en este momento no obedece a razones objetivas".
"Hoy a Colombia la sacaron de todas las listas negras, le aprobaron todos los tratados de libre comercio (...) entonces, lo que hay es motivos para ser optimistas. Ha sido la falta de certidumbre frente a la paz" lo que ha promovido el pesimismo, aseguró el presidente.
"Pero creo que cuando firmemos la paz eso puede cambiar", sentenció.
En 2013, durante el primer periodo presidencial de Santos, el gabinete en pleno también renunció para promover cambios en el gobierno, en momentos en que el mandatario atravesaba una fuerte crisis por protestas campesinas y a pocos meses de definir si optaría a la reelección.
Santos, un presidente de centroderecha, está embarcado en poner fin al conflicto armado en el país, que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas públicas y deja 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.
En el marco de ese empeño, Santos se encuentra en la recta final de un proceso de paz con las FARC, principal guerrilla del país, y anunció el próximo inicio de negociaciones formales con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista).
Los diálogos, que cuentan con amplio apoyo internacional, son duramente cuestionados por el predecesor de Santos, el expresidente Álvaro Uribe, actual senador y férreo opositor a la forma en que el gobierno conduce las negociaciones.