Santos mueve fichas para el segundo tiempo | El Nuevo Siglo
Domingo, 20 de Mayo de 2012

En 78 días el presidente Juan Manuel Santos cumplirá dos años de Gobierno.

Para la ocasión, más importante que el balance de los logros y errores de esos 730 días, es lo que debe afrontar el Gobierno en la segunda mitad de su cuatrienio.

Y desde ya Santos ha comenzado a mostrar que está dispuesto a realizar los ajustes que se requieren. No hay que olvidar que fue capaz de redireccionar la campaña electoral después de un comienzo no muy bueno, pero cuyo cambio sobre la marcha muy pocos se lo hubieran aconsejado.

Ahora se prepara para darle un giro a su mandato. Diez puntos resumen los cambios que se vienen.

1. Gabinete más santista

Aunque el ajuste más fuerte pudiera ser el paso de Germán Vargas del Ministerio del Interior al de Vivienda, dado que sin duda fue uno de los mayores aciertos del equipo presidencial con que arrancó, todavía faltan otros cambios por producirse en el gabinete.

Pero lo se ve es que, sin sacrificar la presencia de personalidades de los diferentes colectividades de la Unidad Nacional, será un gabinete mucho más santista, si fuera posible. Y sobra decir que la escala del incremento del santismo será proporcional a la paulatina desaparición de la ya de por si disminuida participación uribista.

2. Casa gratis y subsidio de desempleo

Para la segunda mitad de este primer periodo del gobierno Santos ya se enarbolan nuevas banderas.

El presidente Santos arrancó su mandato con un hecho sin precedentes: radicó personalmente un proyecto de ley, el de víctimas, cuya promulgación contó con la presencia del secretario de las Naciones Unidas Ban ki-moon. Sí, una buena y justa bandera. Muy buena para levantar la deteriorada imagen de Colombia en el tema de los derechos humanos y útil para destrabar los TLC en Estados Unidos y Europa. Pero francamente con poca eficacia política, porque no se ha logrado que el público pueda percibir que las víctimas del conflicto están siendo reparadas.

De modo que se requieren banderas que logren una comunicación directa con la ciudadanía y ya se levantaron dos: 100.000 casas gratis y la reestructuración del seguro de desempleo.

3. Seguridad, de la percepción a la realidad

Precisamente el gobierno anterior logró que entre los ciudadanos quedara la idea, no necesariamente acompañada por la realidad, de que había logrado darle seguridad al país.

Hasta ahora la percepción negativa en materia de seguridad no ha dejado que suenen creíbles las voces gubernamentales que tratan de hacer entender que esa sensación no coincide con la realidad reflejada en las estadísticas oficiales.

Así que se necesario un revolcón en materia de estrategia de orden público y para ello el presidente Santos no solo está aprovechando los cambios en la cúpula policial, tras el retiro del general Oscar Naranjo, sino que vendrán también reajustes en alto mando militar, con una misión específica: asegurar que la percepción de seguridad sea el presente y no un cada vez lejano recuerdo.

4. Paz, con la llave y la herramienta

La metáfora de la llave de la paz es quizás una de las que más brilla, tanto así que es uno de los puntos que más le critican a Santos desde el uribismo.

El Presidente ha dicho que tiene la llave de la paz en el bolsillo y que espera de la guerrilla los gestos que lo lleven a sacarla de ahí. Críticos más amigables que los mencionados lo han retado a no esperar y sacarla sin miedo. Pero el casi es que él quiere tenerla y dominarla, tanto que en estos dos años el ‘tate quieto’ a la exsenadora Piedad Córdoba no ha provenido de la animadversión, como en otra época, sino al celo de protagonizar cualquier acción que se adelante al respecto.

Por eso, quizás en el día más duro para hablar de paz (el del atentado al exministro Fernando Londoño), el Presidente se la jugó por alentar al Congreso a legislar sin miedo y aprobar el Marco Legal para la Paz, que sería ni más ni menos que la herramienta para que funcione la llave.

5. Un Gobierno más visible, un Santos más popular

Si por un lado las banderas de la segunda mitad buscan entregar un mensaje más claro y más cercano a la gente, la estrategia de comunicación ha de completar la tarea que los programas en sí mismos adelantarán de boca en boca.

De hecho, hace algunos meses esto se viene revisando, tal como lo puso en evidencia el propio presidente Santos al comentar en una de las jornadas de los Acuerdos para la Prosperidad que el Ejecutivo era autocrítico de la poca eficacia con había logrado transmitir su mensaje a la ciudadanía. El ejemplo más claro, como ya se dijo, es el mensaje de la seguridad.

6. Uribe, un opositor graduado

Mientras todo el país observaba con claridad que aunque Santos estaba dispuesto a cuidar los tres huevitos dejados por Uribe estaba también decidido a demoler el culto a la personalidad erigido tras ocho años de mandato, los únicos que hoy se declaran sorprendidos con ello son los seguidores del expresidente.

Y claro, se sienten traicionados y proclaman su oposición al Gobierno. Pero no se dan cuenta se que fue el presidente Santos el que escogió el momento oportuno para graduar a Uribe de opositor, porque aunque hoy el exmandatario tuitea las mismas cosas que al principio de este Gobierno, solo pudo ostentar su nueva investidura hasta que el Presidente dejó de recitar el ‘mantra’ de “yo no peleo con Uribe” y comenzó a enfrentarlo.

En otras palabras, al menos hasta ahora Santos gana la partida y con toda seguridad tiene una estrategia para recuperar el terreno que haya perdido, la cual debe incluir un enfrentamiento más directo con su nuevo mejor enemigo.

7. Nuevo paquete de reformas

Si el primer paquete legislativo fue ambicioso, el de esta segunda mitad no lo será menos: reforma tributaria, nuevo Código Electoral, nuevo Código de Minas, reforma pensional, reforma a las corporaciones autónomas regionales, reforma a la educación superior… y hay más.

Ya el ministro Vargas dejó andando lo que denominó la “revolución territorial”, es decir las reformas a los regímenes municipal, distrital y departamental, así como la ley de áreas metropolitanas, normas complementadas con la ya aprobada ley de participación.

Y ya que viene al cuento el saliente Ministro del Interior, lo que pudo ser una sorpresa en la designación del ministro Renjifo, que para muchos tiene un más bajo perfil que su antecesor, muy probablemente se traducirá en un nuevo estilo de diálogo de la Casa de Nariño con las bancadas de la Unidad Nacional. ¿Asumirá Santos aún más directamente la conducción de la coalición?

8. Reelección, no permitir una campaña tempranera

Buena parte del éxito de la confrontación de Santos con Uribe dependerá de no dejarse llevar al terreno de la confrontación electoral, tanto como sea posible.

Total, Uribe no puede ser candidato presidencial. Pero en cambio puede intentar romper la coalición. Para ello Santos está preparado desde antes de 7 de agosto de 2010 y por eso el Partido Liberal y Cambio Radical están en la Unidad Nacional. Lo que no quiere decir que se haya descuidado la buena relación al interior de los partidos Conservador y Social de Unidad Nacional (La U). Por el contrario, Santos personalmente cuida celosamente de que esa comunicación sea fluida y vacunada contra en nuevo germen opositor. Mas, precisamente, adelantar inadecuadamente el proceso electoral introduciría un ruido innecesario. Así que esperará hasta que la figura del presidente-candidato sea factor de unidad y no de división.

9. Factores Obama y Chávez

Si algo está muy claro en la estrategia de Santos es que sabe jugar en el terreno internacional. Pero en el segundo tiempo de este partido para mantener el éxito experimentado hasta ahora debe enfrentar las muy probables mas no del todo aseguradas reelecciones de sus amigos ubicados en orillas opuestas: el norteamericano Barack Obama y el venezolano Hugo Chávez.

Si bien en las decisiones que tomen los electores en Estados Unidos y Venezuela el equipo de Santos no tiene ninguna ingerencia, deberá prepararse para poder mantener buenas relaciones con ambas naciones aún si sus actuales gobernantes no salen favorecidos en las urnas.

10. Estabilidad santista

Tras enunciar todo lo anterior, aquí un punto clave: de ahora en adelante el Gobierno tendrá que ser especialmente cuidadoso para no dejar estallar escándalos de corrupción y actuar drástica y rápidamente cuando se llegue a presentar alguno, porque ya no podrá recurrirse a la táctica de sacar el espejo retrovisor para “graduar de corrupto” a la administración anterior.

Una buena noticia, si se la sabe aprovechar adecuadamente. Tras ser recibido en la primera mitad con un desastre climático que aún hoy, después de pasadas esas temporadas de lluvias, afecta a numerosos colombianos, todo parece indicar que vendrán tiempos de fuerte sequía. Si bien por un lado eso significa que muchos sitios aún inundados se secarán, por otro la ausencia de lluvias ocasionará otros problemas. Con una diferencia: ya no será una sorpresa. Las lecciones de la abundante lluvia deben haberse traducido en políticas serias frente al cambio climático. Si así es, esta segunda mitad del cuatrienio brillará con luz propia.