Con un aumento de 7,9% el crecimiento del departamento de Santander en 2014 superó sorpresivamente a regiones con mejor fortaleza como Antioquia, Atlántico, Bogotá y Valle. De acuerdo con las últimas cifras del DANE, el Producto Interno Bruto, PIB, de las regiones fue disparejo y aumentó la enorme diferencia entre unos departamentos y otros.
Un análisis de ANIF indica que mientras el crecimiento anual de todo el país llegó a 4,6% el año pasado, y que como ha sido usual, el sector minero-energético explicó gran parte de esa volatilidad, siendo la novedad, la aparición de la construcción como factor importante de la variación entre regiones.
En efecto, dichos sectores explicaron los comportamientos favorables de Santander (+7.9%, con impulsos del +15% tanto en construcción como minería), Antioquia (+7%, principalmente por el +29% en la construcción) y Atlántico (+6.7%, con +24% en ambos sectores). Por el contrario, sufrieron desempeños desfavorables los departamentos de Chocó (-6.2%) y Arauca (-7%).
En el primer caso pesaron las contracciones en la producción de metales (-32%); mientras en el segundo, jugaron en contra los descensos en la producción petrolera (-6.6%, con ponderaciones del 47%).
Señala el informe que se observaron regulares comportamientos en Caldas (+3.8%), Risaralda (+3.8%) y Cundinamarca (+3.6%).
Dinamismo
La economía más dinámica fue la de Santander, que creció casi el doble del 4,3% alcanzado en 2013. En esa región fueron importantes las expansiones referentes a: i) el sector minero-energético (+15%, pesando un 5% en el PIB-departamental), donde los buenos comportamientos de los minerales no metálicos (+16%) y el petróleo (+15%) compensaron los lastres del carbón (-18.6%); ii) la construcción (+15.4%, con participaciones similares en el PIB departamental), registrando favorables expansiones tanto en las edificaciones (+28%) como en las obras civiles (+9.8%); y iii) el agro (+5.8%, con una participación del 6%), donde se observaron satisfactorios crecimientos en el café (+18.8%, en línea con las ganancias de productividad derivadas de los programas fitosanitarios de los últimos años).
En segundo lugar se situó la economía de Antioquia, completando expansiones del 7% durante 2014 (vs. 4.7% observado en 2013). Allí también se registraron expansiones dinámicas en la construcción (+29.2%, a pesar del efecto Space), pero además se dieron favorables impulsos en los sectores del comercio y los establecimientos financieros (ambos con crecimientos del +5.4%), lo cual permitió compensar los lastres observados en el agro (-1.4%) y la minería (-1%).
De manera similar, Atlántico vio su PIB real acelerarse hacia expansiones del 6.7% en 2014 (vs. 5.4% de 2013). Dicho desempeño fue explicado principalmente por los dinamismos de la construcción (+24.4%, con ponderaciones del 8%) y la minería (+23.8%, pero con pesos marginales de solo 0.4%).
Valle y Bogotá
Sostiene el gremio financiero que las economías del Valle (+4.7%) y Bogotá (+4.4%) registraron expansiones cercanas al promedio nacional. En el primer caso, los dinamismos provinieron del agro (+7.6%, explicando un 5% del PIB departamental) y el comercio (+5.2%, con ponderaciones del 11.7%), logrando compensar algunas debilidades en el sector de la construcción (-1.4%, dados algunos ruidos regulatorios-POT). En el caso de Bogotá (una cuarta parte del PIB nacional), fueron importantes las expansiones de los servicios sociales (+5.5%, con pesos del 17%) y los establecimientos financieros (+4.9%, 33%).
Dichos dinamismos fueron suficientes para contrarrestar el mal desempeño de la industria bogotana (-1.8%) y la postración de la ejecución distrital en materia de obras públicas (-3.2%). Las economías de Caldas (+3.8% vs. +6.5% de 2013) y Risaralda (+3.8% vs. +8% en 2013) sufrieron fuertes desaceleraciones en su crecimiento durante 2014.
En ambas regiones dicho comportamiento se explicó principalmente por las desaceleraciones en el sector agrícola, dados los menores dinamismos del café (por el efecto estadístico en contra después de las expansiones del 20%-30% experimentadas durante 2013).
En efecto, en Caldas la producción cafetera incluso decreció levemente a tasas del -1.7% en 2014 (vs. +23% en 2013), mientras que en Risaralda se registraron moderadas expansiones del 2.4% (vs. +26% en 2013). Vale la pena anotar que, aun con esas desaceleraciones en departamentos cafeteros tradicionales, la cosecha del país ha cerrado el año cafetero 2014-2015 con favorables registros de 13.6 millones de sacos, dadas las ganancias en productividad.
Cundinamarca
Sostiene el análisis de ANIF, que el departamento con peor desempeño entre los grandes territorios del país fue Cundinamarca, al expandirse a tasas del 3.6% durante 2014 (vs. +1.9% de 2013). Allí, los favorables registros de los servicios sociales (+8.9%) no lograron compensar totalmente los lastres de la construcción (-11%).
Ante toda esta heterogeneidad en el desempeño económico-departamental, vale la pena preguntarse: ¿Cómo están los departamentos en términos de PIB per-cápita? Como era de esperarse, los departamentos petroleros ocupan los primeros lugares: Meta y Casanare encabezan la lista con ingresos per-cápita de $41-46 millones, valores muy superiores a los $15 millones del promedio nacional. Bogotá ($24.2 millones), Antioquia ($16.0 millones) y Valle ($15.5 millones) presentan ingresos más cercanos a la media nacional.
Por último, están el grupo de economías pequeñas (Chocó, Caquetá, Guainía, Vaupés, entre otros), con ingresos anuales cercanos a los $6 millones. Sin duda, es hora de acelerar el paso en reformas cruciales y transversales a todo el país como la dotación de infraestructura y la mayor formalidad laboral. Esto permitirá lograr ganancias en productividad multifactorial “nivelando la cancha” en materia regional.