El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) del presidente Daniel Ortega aplastó toda oposición en las elecciones municipales del domingo, ratificando un poder hegemónico ejercido sin aliados y delineado ya en las presidenciales y legislativas de 2011.
En comicios marcados por el alto ausentismo, el FSLN ganó el control de 127 de las 153 alcaldías del país, 18 más que hasta ahora, y sumaba además un 75% de los sufragios, computadas la mitad de las mesas.
Hace un año el exguerrillero Ortega había dado otro paso hacia la hegemonía tras ser reelegido de modo abrumador con más del 60% de sufragios y obtener el control de dos tercios del legislativo, al ganar 62 de los 92 escaños en la cámara única.
El FSLN se queda con "la responsabilidad absoluta de lo que pase (en el país). Eso es gravísimo", explicó a la AFP la analista Sofía Montenegro, para quien la baja participación en las elecciones " es una manifestación de rechazo político (a un gobierno) que ha quemado todos los puentes de comunicación".
El domingo, el FSLN conservó Managua, que gobierna desde hace 12 años, y ganó en municipios que históricamente han sido feudos de la derecha, algunos de ellos escenario de la guerra en los años 1980 entre la guerrilla 'contra' financiada por Estados Unidos y los sandinistas.
El derechista Partido Liberal Independiente (PLI) logró 16% de votos a nivel nacional y se perfilaba como la segunda fuerza, mientras que en un lejano tercer lugar quedó el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), del expresidente Arnoldo Alemán (1996-2002).
El presidente del grupo cívico Etica y Transparencia (EyT), Roberto Courtney, estimó que "hubo un enorme retroceso" en materia de participación porque no hubo condiciones para que ciudadanos adversos al gobierno sufragaran".
Aunque reconoció que hubo amplia participación de sandinistas, Courtney advirtió al gobierno de "la poca conveniencia de ganar procesos amañados".
La asistencia a las urnas fue de solamente un 57%, de acuerdo con las cifras suministradas por el presidente del tribunal electoral, Roberto Rivas.
La presidenta del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, calificó de "mascarada" las elecciones, y enumeró los problemas de los votantes para encontrar las mesas donde estaban inscritos, la "militarización" de centros de votación y la facilidad con la cual podía limpiarse el dedo de la tinta que identifica a quienes ya votaron.
En los comicios del domingo los nicaragüenses eligieron para un período de cuatro años a alcaldes y concejales en 153 municipios en los que compitieron 6.534 candidatos.
Desde que regresó al poder del segundo país más pobre de América en 2007, Ortega catapultó su popularidad con un modelo que combina el populismo y su alianza con el presidente venezolano Hugo Chávez, con el pragmatismo que le permite comerciar con Estados Unidos, mantener buenas relaciones con el empresariado local y aplicar los ajustes preconizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
AFP