La liberación del general Rubén Darío Alzate y sus dos acompañantes se produciría el sábado, anunció ayer el presidente Juan Manuel Santos.
"De acuerdo a los protocolos eso se podrá hacer el sábado. Entonces el sábado tendremos eso", dijo el mandatario al anunciar la entrega del general Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, del cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego por parte de las Farc.
Alzate, el oficial de más alto rango secuestrado por ese grupo armado ilegal en 50 años de conflicto armado, y sus acompañantes fueron plagiados el domingo 16 de noviembre en confusas circunstancias durante un recorrido de civil y sin escoltas en Las Mercedes, corregimiento de Quibdó, capital del Chocó.
"Ya ordené suspensión de operaciones en la Costa Pacífica. Confiamos en que el general Alzate y acompañantes estén de regreso el sábado", tuiteó también Santos luego del anuncio, realizado durante una reunión con emprendedores en Bogotá.
La entrega, que según lo anunciado por las partes permitirá reanudar los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc, será facilitada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) con apoyo de Noruega y Cuba, garantes de las negociaciones que tienen lugar en La Habana sin un alto el fuego en Colombia.
"Estamos trabajando al máximo de nuestras posibilidades para que sea lo antes posible", dijo a periodistas la vocera del CICR en Colombia, Patricia Rey.
Desde Quibdó, el general Leonardo Pinto dijo a su vez a medios locales que el operativo de liberación de los tres secuestrados está en marcha.
"Como ha dicho el señor Presidente, eso va por buen camino, están andando los protocolos", señaló. "Las condiciones meteorológicas ayer y hoy han sido muy adversas (...) y permanentemente nosotros estamos monitoreando eso, porque eso se tiene en cuenta para estos procesos", agregó.
El anuncio de Santos tiene lugar un día después de la entrega por parte de las Farc de los soldados profesionales Paulo César Rivera y Jonathan Díaz, secuestrados tras combates el domingo 9, un primer gesto hacia las autoridades, que exigen la liberación de todos los cautivos como condición para retomar las conversaciones de paz.
Verificación
"Antes de dar los pasos finales, tendremos que verificar que efectivamente no hay tropas del ejército en la ruta de la libertad" del general Alzate, el cabo Rodríguez y la abogada Urrego, dijo en La Habana la delegación de paz de las Farc a través de un comunicado.
"Esta es una condición indispensable para que los nuestros puedan aproximarse al punto X de la nueva liberación. Tenemos que alejar cualquier veleidad de emboscada o asalto que ponga en riesgo la vida del General y sus acompañantes, y la de sus escoltas guerrilleros", añadió el escrito.
La guerrilla dijo que "el Gobierno ya tiene en su poder las coordenadas del área del Chocó donde deberá realizarse la suspensión de los operativos" castrenses para la liberación de los cautivos, y advirtió que "es imprescindible que las Fuerzas Militares respeten las cláusulas del Acuerdo Humanitario Especial" suscrito por ambas partes tras su secuestro, el 19 de noviembre.
"En la liberación del general no queremos riesgos de choques armados por la no observancia de los protocolos" por parte del Ejército, dijo la guerrilla, recordando que el martes, sus efectivos encontraron una patrulla militar en el área de Arauca donde fueron liberados los soldados Rivera y Díaz.
La presencia de los militares habría obligado, según las Farc, "a una maniobra de elusión y al cambio del sitio previsto para la liberación".
Cambio de actitud
"La variable política dentro de las Farc por primera vez en su historia es más pesada que la militar", explicó Jairo Libreros, especialista en seguridad y política latinoamericana.
"Esto es un paso importante que demuestra la madurez del proceso de paz", dijo el martes el presidente Santos.
Para los expertos, la disposición a liberar secuestrados, en el marco de las negociaciones que transcurren en Cuba sin un cese el fuego bilateral en Colombia, es reflejo de una transformación en las Farc.
"La variable militar perdió peso, no solamente porque los principales cabecillas del ala militar murieron sino porque quizá esta es su última oportunidad de encontrar una salida lo suficientemente digna a sus intereses", dijo Libreros.
Según Alberto Pinzón, amigo cercano del fallecido jefe guerrillero Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, abatido en 2011, en la guerrilla "se está superando la visión de blanco o negro que se tenía antes".
"Hace diez años las Farc hubieran dicho que soltarían al general Alzate si liberaban primero a Simón Trinidad o a algunos presos. Ahora, cuando el pueblo reclama paz, demuestra estar interesada en buscar soluciones", dijo Pinzón desde su exilio en Europa en una entrevista el domingo con el diario El Espectador.
El jefe guerrillero Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, fue extraditado a Estados Unidos en 2004 y condenado en 2008 a 60 años de prisión por el secuestro de tres estadounidenses.