Destrozados por la pérdida de seres queridos y con el temor natural por la probabilidad de un nuevo alud, vecinos y autoridades de Salgar, Antioquia, en masa se reunieron en el parque principal del municipio para celebrar el funeral de 33 de las víctimas, tras la avalancha que dejó más de 85 muertos la madrugada del lunes.
Los restos de 33 personas, de los 85 cuerpos recuperados hasta ahora tras el deslave provocado por el desborde de la quebrada La Liboriana, fueron sepultados en el cementerio de Salgar tras la ceremonia religiosa.
Los 33 ataúdes llegaron a Salgar desde Medellín, donde fueron identificados. En medio de un constante repicar de campanas, los féretros fueron colocados uno a uno frente a la iglesia.
Cientos de personas, ataviadas con sombrillas para hacer frente al fuerte sol, escucharon las palabras de varios clérigos -dirigidos por el obispo de la diócesis de Jericó, monseñor Noel Londoño-, que fueron precedidas por la lectura de un mensaje del Vaticano.
“El papa Francisco, al conocer la triste noticia de los graves daños producidos por la avalancha que ha afectado al municipio de Salgar, ofrece sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos al mismo tiempo que desea expresar su cercanía espiritual a todos los damnificados”, rezó el texto.
Desde temprano, las afueras de la iglesia se fueron llenando de lugareños y familiares de los muertos, que entraban a rezar o guardaban un lugar para asistir a la misa, hasta que se colmó y el parque fue invadido por los compungidos lugareños.
El ambiente en la zona, de cafetales y verdes montañas, era triste pero tranquilo, a pesar del temor de una nueva riada como la que los sorprendió a todos mientras dormían, arrastrando familias enteras y hogares entre agua, barro y palos.
La incertidumbre es lo que más angustia a los habitantes de este municipio de poco más de 17.000 pobladores, acostumbrados a las borrascas de mayo, pero devastados por la magnitud de esta tragedia.
“A diario que empieza a caer una gota de agua tenemos que pararnos en las puertas y alistar nuestros hijos con mantas o algo para poder correr”, dijo a la AFP Luis Cuartas.
Más de 330 familias han sido atendidas por la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), que sigue trabajando con las autoridades locales y los organismos de socorro en el censo para determinar el número real de afectados por el deslave y más ahora que se ha denunciado la aparición de supuestas víctimas y de personas que quieren sacar provecho de la situación.
El presidente Juan Manuel Santos, desde Bogotá (estuvo el lunes en el lugar) dijo que continúa habiendo una decena de desaparecidos, pero confió en el éxito del operativo desplegado para apoyar a la comunidad.
A pesar de las intensas lluvias en la noche, “la maquinaria que está trabajando 24 horas al día logró que el cauce de la quebrada se mantuviera”, dijo el jefe de Estado.
Socorristas prevén que una lancha continuará surcando las aguas del cercano río Cauca en busca de cadáveres. Tres fueron recuperados de esa forma el miércoles, según un reporte oficial, que también daba cuenta del restablecimiento de los servicios de agua potable, electricidad y gas.
Y, mientras se cumplían las honras fúnebres de las 33 víctimas, en el ambiente se percibía una tensa calma, sobre todo porque en la noche anterior se presentó una fuerte tormenta eléctrica.
De acuerdo con el último reporte del Instituto de Medicina Legal, de 85 cuerpos se han identificado plenamente 59 personas: 31 mujeres y 28 hombres, entre ellos tres menores de edad.
Y según el director de ese Instituto, Carlos Valdés, esa identificación se realizó mediante el análisis de huellas dactilares. Los cuerpos ya fueron entregados a sus familiares para las respectivas exequias. Queda por identificar 26 cuerpos, que serán analizados mediante exámenes de ADN.
Entre los asistentes al multitudinario sepelio estuvieron Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia; Álvaro Uribe, senador, y el general Rodolfo Palomino, director de la Policía.