Los salarios bajaron un 0,5% en 2011 en los países desarrollados pero aumentaron en los países emergentes, especialmente en Asia y América Latina, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado este viernes en Ginebra.
En Asia, los salarios subieron el año pasado un 5%, e igual tendencia al alza se registró en América Latina y Caribe (+2,2%), África (+2,1%) y en Europa central y Asia central (+5,2% en ambos casos). En cambio en Medio Oriente los sueldos cayeron un 0,2%.
"A escala mundial, los salarios aumentaron a un ritmo mucho más débil que antes de la crisis, e incluso retrocedieron en los países desarrollados", indica la OIT en este informe, que se publica cada dos años.
Globalmente, incluyendo a todos los países del mundo, los salarios mensuales aumentaron un 1,2% en 2011, en comparación con la subida de +2,2% en 2010 y de 3% en 2007, indica el informe.
Para Guy Ryder, director general de la OIT, "este informe muestra claramente que en varios países la crisis tuvo un impacto muy claro en los salarios y, consecuentemente, en los empleados".
El director general de la OIT también destacó que "los empleados reciben una parte más pequeña del pastel", ya que la parte de los salarios en el ingreso nacional ha disminuido.
"Para decirlo simplemente, una mayor parte del pastel nacional ha ido a los beneficios y menos a los salarios", indica el informe.
Incluso en China, donde los salarios se multiplicaron por tres en diez años, la proporción del PIB que corresponde a los salarios ha bajado.
Esta situación ha creado un "descontento popular y aumenta el riesgo de desórdenes sociales", añade la OIT, que también denuncia "las remuneraciones exorbitantes que perciben algunos directivos de empresas".
En 15 países desarrollados, la cuota del trabajo en el ingreso nacional pasó del 75% en los años 1970 al 65% en años más recientes.
En otro grupo de 16 países, en este caso emergentes o en desarrollo, también disminuyó esta cuota, pasando del 62% del PIB a principios de los años 1990 a 58% en la actualidad.
El organismo internacional considera esencial que los salarios aumenten al mismo ritmo que la productividad. "Es una cuestión de equidad y de crecimiento económico sostenible", afirma.
No obstante, las últimas cifras revelan que la productividad aumentó mucho más rápido que los salarios en el mundo.
En los países desarrollados, la productividad del trabajo aumentó dos veces más rápido que los salarios desde 1999. La excepción notable es Grecia, donde los salarios aumentaban más rápido que la productividad antes de la crisis. Sin embargo, desde la crisis de 2009, los salarios han caído un 15% en Grecia, solamente en los años 2010 y 2011.
En Estados Unidos, la productividad horaria del trabajo aumentó un 85% desde 1980, pero los salarios solamente crecieron un 35%.
La OIT también hace un llamamiento en su informe para que se fijen salarios mínimos, una medida indispensable para acabar con la pobreza en el trabajo.
"Los salarios mínimos contribuyen a proteger a los asalariados menos remunerados, y a evitar una caída de su poder adquisitivo", declaró Guy Ryder.
Según el informe, "centenares de millones de empleados en los países en desarrollo ganan menos de dos dólares al día".
En Estados Unidos, los trabajadores pobres representan un 7% de la población asalariada, y en Europa un 8%.
El informe destaca asimismo las diferencias "considerables" de niveles de salario de un país a otro. En Filipinas, un obrero cobra 1,40 dólares la hora, frente a 5,50 dólares en Brasil, 13 dólares en Grecia, 23,30 dólares en Estados Unidos y casi 35 dólares en Dinamarca.