China se enfrenta a un rápido aumento de sus costes salariales que ponen en peligro su competitividad, al tiempo que la productividad de la "fábrica del mundo" sigue aumentando, en un país que todavía tiene muchas bazas para atraer a los inversores, estiman los analistas.
El coste de la mano de obra en China será equivalente al de Estados Unidos dentro de cuatro años, al de la zona euro en cinco años y al de Japón en siete, advierte el banco Natixis en un estudio publicado en junio.
Este cambio llevará a muchas empresas del sector de manufacturas a deslocalizar su producción hacia otros países de Asia del sureste y del sur, donde la mano de obra es mucho más barata, según el banco francés.
Esta tendencia podría incluso beneficiar a los países mediterráneos, como Egipto o Marruecos, pero también a Rumania o Bulgaria, según este estudio, que afirma que China "dejará de ser muy pronto un lugar competitivo donde producir a causa del importante aumento de los costes de producción".
"Aproximadamente en 2015 la fabricación de muchos de los productos para los consumidores estadounidenses será igual de barata en China que en ciertas partes de Estados Unidos", aseguran los investigadores del Boston Consulting Group (BCG) en un estudio publicado en 2011.
La empresa Sleek Audio, por ejemplo, que fabrica auriculares de gama alta, decidió repatriar la producción de China a Florida, igual que NCR, un fabricante de cajeros automáticos, que dejará de producir en China y pondrá en marcha en 2014 una fábrica con 870 empleados en Columbus (Georgia), según BCG.
La semana pasada Adidas anunció el cierre de su última fabrica de su propiedad en China, donde todavía mantiene sin embargo una red de 300 subcontratistas.
Los obreros chinos que fabrican zapatos deportivos cobran como mínimo 2.000 yuanes (258 euros) mientras que sus colegas de Adidas en Camboya sólo ganan el equivalente de 107 euros, explicó la semana pasada el fabricante alemán.