Indignado se declaró el gobierno norteamericano por el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU en aprobar una resolución condenando la represión del gobierno sirio a las protestas de los manifestantes opositores.
"Estados Unidos está indignado de que este Consejo haya fallado totalmente en enfrentar un desafío moral urgente y una creciente amenaza a la paz y la seguridad regional", dijo la embajadora estadounidense Susan Rice, criticando a los países que según ella "preferirían vender armar al régimen sirio".
"Dos miembros han vetado un texto ampliamente rebajado que ni siquiera menciona sanciones", dijo Rice al Consejo.
"Déjenme ser clara de que Estados Unidos cree que ha pasado la hora en que este Consejo asumiera sus responsabilidades e impusiera duras sanciones selectivas y un embargo de armas al régimen de Asad", afirmó.
Estados Unidos y la Unión Europea han aprobado sanciones contra el gobierno sirio. Rusia y China cumplieron su repetida amenaza de vetar toda mención de cualquier medida de la ONU.
Nueve países votaron por la resolución, mientras que estos dos lo hicieron en contra, con lo cual la resolución no fue aprobada por su derecho a veto. Sudáfrica, India, Brasil y el Líbano se abstuvieron.
El embajador de Francia en la ONU, Gerard Araud, señaló que se desplegaron todos los esfuerzos por alcanzar un acuerdo, en vano. Se habían hecho "muchas concesiones" a Rusia, China y a los países que se abstuvieron, agregó.
El embajador de Rusia, Vitali Churkin, sostuvo que se habían enfrentado dos filosofías durante las discusiones en el Consejo de Seguridad, una de ellas la de la "confrontación", preferida según él por los países occidentales.
"La amenaza de sanciones era inaceptable", dijo Churkin tras el voto.
Se trata del primer veto ruso-chino desde el que había bloqueado las sanciones de la ONU contra el presidente de Zimbabwe Robert Mugabe en julio de 2008.
Tras semanas de "diplomacia intensiva", Washington "espera una votación fuerte, sólida, de la resolución que esta noche estará sobre la mesa, y que podamos utilizar esa resolución para enviarle al régimen de Asad el mensaje de que la violencia debe cesar", declaró Victoria Nuland, portavoz del departamento de Estado.
Rusia, por su parte, consideró "inaceptable" la última versión del proyecto de resolución de los países occidentales en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que condena la represión en Siria, a pesar del retiro de una referencia directa a sanciones.
En este proyecto de resolución, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Portugal prefirieron referirse a "medidas precisas" en lugar de "sanciones" para conseguir integrar a otros países del Consejo de Seguridad.
El proyecto, objeto en los últimos días de intensas tratativas, "desgraciadamente, está lejos de satisfacernos y no se tomaron en cuenta todas nuestras inquietudes", declaró el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Guennadi Gatilov, a la agencia Interfax. "Es por eso que el texto es inaceptable para nosotros".
El senador republicano John McCain fustigó la postura rusa sobre el proyecto de resolución de la ONU. "Esto revela la verdadera naturaleza de Rusia", dijo, citando "los espantosos abusos, las miles de personas asesinadas y encarceladas" por el régimen sirio.
Entre tanto en el terreno, la represión, que desde mediados de marzo ha dejado más de 2.700 muertos según la ONU, provocó nuevas víctimas en Siria.
Tres civiles murieron en Homs (centro), según el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH), que agregó que también fueron encontrados seis cuerpos, entre ellos los de dos niños, en las calles de la ciudad. En el noroeste de Siria, tres soldados y un civil murieron en enfrentamientos./AFP