En el país hay gente que sobresale. En la música; artistas que se destacan a escala mundial; en el deporte grandes figuras, y desde luego en la ciencia. Brillantes profesionales de la medicina protagonistas de grandes descubrimientos. Uno de ellos se ha dedicado a perfeccionar la vacuna contra la malaria; otro, ya fallecido, ideó una válvula, aparato extraordinario que lleva su apellido.
Una de las mentes más lúcidas de Colombia, el neurocientífico Rodolfo Llinás, inmerso durante años en el estudio del cerebro, la computadora más perfecta que existe, tiene en la mira una de las afecciones más graves, y que entraña para quien llega a padecerla la progresiva pérdida de la memoria, hasta llegar en la fase terminal al olvido total de las cosas. Se trata del Alzheimer, reto para los investigadores. No quiere decir que los haya vencido.
Es obvio que antes de conseguir resultados se debe pasar por experiencias, sin embargo, en algún momento, quizá el menos esperado, el éxito se da. Es un avance, por ejemplo, entender la enfermedad, porque de ahí puede partir la solución. Es lo que espera Rodolfo Llinás respecto a este mal que lo padecen millones de personas en el mundo.