Labor compleja y no fácil la atención a millones de personas que sufrieron el impacto del inclemente invierno hace tres años. Fue necesario que el Gobierno creara una entidad, Colombia Humanitaria, para atender a quienes prácticamente lo perdieron todo bajo las aguas de ríos y quebradas que inundaron vastas regiones del país, en las que hubo destrucción de viviendas, semovientes y enseres llevados por las corrientes, y afectación de carreteras, incluso pueblos enteros arrasados.

La obra de Colombia Humanitaria, al frente de la cual se debe destacar el dinamismo de su gerente Roberto Zapata, quien cumplió la tarea con eficiencia. Las ayudas abarcaron diversos campos, entre los que se cuentan miles de obras físicas en distintos lugares del territorio nacional; entrega de equipos para emergencias, alimentos y otros rubros importantes. En general, la ejecución de lo presupuestado, más de cinco billones de pesos, fue impecable. Se debe reconocer el esfuerzo y la dedicación del gerente Zapata y la institución para coordinar con las autoridades departamentales y municipales las obras materiales y los auxilios a las familias afectadas por el fenómeno natural. Sin duda un trabajo social con óptimos resultados.